fernando marques

Domingos Martins - ES

Fragmento Teatral

Atitide se aleja de ambos, como si fuera a abandonar la escena, pero no lo hace. Mientras camina, Arabesque se despide de su amigo, dirigiéndose a él como si estuviera cada vez más lejos, hasta que lo pierde de vista. Pero permanece en la escena todo el tiempo, quizás menos iluminado, en otro plano, y siempre caminando –la mímica del caminar, con una fatiga creciente–.

ARABESQUE –Buena suerte, Atitide...

VENDEDORA –¡Que te lleve el diablo!

ARABESCA –¡Así que no sólo ha leído a Cervantes, sino también a Dante!

VENDEDORA –No, no lo he leído, he dicho que no lo he leído. Mi marido sí lo leía.

ARABESQUE –Ay sí, es verdad. Pero es lo mismo. Y dime, ¿entre los dos, qué prefieres?

VENDEDORA –Todo esto me parece muy triste.

ARABESQUE –Yo lo veo todo muy bonito. ¿Y qué más has leído?

VENDEDORA –Prospecto de medicamentos, manuales de instrucciones, señales de tráfico. ¿No te dije que mi marido era el que leía?

ARABESQUE – Ay sí, es verdad. Pero es lo mismo. ¿Y su marido?

VENDEDORA –Leía.

ARABESQUE –Sí, lo sé. ¿Pero qué ha sido de él? ¿Ha... muerto?

VENDEDORA –Quiera Dios que esté muerto y esperando a su amigo en el infierno.

ARABESQUE –¿En el infierno?

VENDEDORA –En el noveno círculo, que es donde se quedan los traidores.

ARABESQUE –Pero entonces no sabes si ha muerto.

VENDEDORA –Salió a comprar cigarrillos en un reino muy lejano más cerca de aquí.

ARABESQUE –¿Pero no venden cigarrillos allí?

VENDEDORA –Dijo que no tenía su marca.

ARABESQUE –Ah... Quizá vuelva, ¿no? Un día...

VENDEDORA –Será mejor que se mantenga alejado.

ARABESQUE –Lo sé...

VENDEDORA –Probablemente él también lo sepa.

ARABESQUE –Ya veo... ¿No lo echas de menos?

VENDEDORA –¿De esta rastrero?

ARABESCO –SÍ... de tu marido...

VENDEDORA –Echo de menos la época en que no había carreteras nuevas, cuando la gente pasaba por aquí. Y compraban.

ARABESQUE –A mí también me pasa lo mismo. Quiero decir, echo de menos el circo.

VENDEDORA –¿Realmente eras de un circo?

ARABESQUE –Oh, sí. Un gran circo.

VENDEDORA –Viéndote a ti es muy, muy difícil de creer que hayas trabajado en un gran circo.

ARABESQUE –No me malinterprete, señora, pero viéndola a usted y a su establecimiento, tampoco es fácil creer que alguna vez fue grande cuando la carretera traía mucha gente. De hecho, mirando la carretera, es incluso difícil de creer que haya traído gente.

VENDEDORA –Así es. Así es. Pero tengo mi venta y el cartel allí como prueba. ¿Y tú? ¿Qué demuestra su glorioso pasado?

Arabesque hace un acto de magia, haciendo desaparecer un pañuelo y luego reaparecer.

ARABESQUE –Miren, señoras y señores... Bueno en el caso sólo la señora, me da igual... Cómo hago desaparecer este pañuelo rojo entre mis dedos, ¡y luego aparecer de nuevo!

Cuando termina, la vendedora hace el mismo número, aunque lo hace con desprecio.

VENDEDORA –Miren, señoras y señores... Bueno en el caso sólo el señor, me da igual... Cómo hago que este trapo desaparezca entre mis dedos y luego aparezca de nuevo, haciendo que tu truco se vaya al infierno.

ARABESQUE –Bueno, pero señora... Eres realmente sorprendente.

VENDEDORA –¿Con este truco barato quieres demostrarme que formaste parte de un gran circo?

ARABESQUE –No realmente... El acto es bueno. Y tú también eres genial, ¿eh? Es decir, te falta cierto ímpetu, pero sí que lo haces muy bien...

VENDEDORA –¿Y qué pasó con el circo?

ARABESQUE –No sé...

VENDEDORA –Ah, bueno. Tú, desaliñado y torpe, con tu pequeño truco, quieres convencerme de que, junto con tu maleducado amigo, formabas parte de un circo, pero ni siquiera sabes lo que pasó.

ARABESQUE –¡No! Quiero decir, sí que lo sé...

VENDEDORA –¿Lo sabe o no lo sabe?

ARABESQUE –Lo sé, es difícil de entender... ¿Sabe, por ejemplo, qué le ha pasado a esta carretera para que ya nadie quiera circular por ella y no tenga clientes?

VENDEDORA –¡Perfectamente! Construyeron nuevas carreteras. Desde que lo hicieron, ya no pasa nadie por aquí.

ARABESQUE –Sí, lo sé. Con el circo, lo mismo. Surgieron cosas nuevas, la gente ya no iba al circo. Empezaron a preferir otras cosas. Entonces, el circo estaba desapareciendo... Entonces, llegó un momento en que Respetable, que era el dueño, dijo que no podía seguir haciéndolo. Y entonces, cada uno se fue por su lado y luego...

VENDEDORA –Después, lo sé. Te convertiste en esta miserable criatura y viniste a mendigar a mi puerta.

ARABESQUE –Así es. Pero no lo entiendo.

VENDEDORA –¡¿Pero es posible?! ¿Qué es lo que no entiendes? Nos hemos quedado obsoletos, ya no interesamos, ya nadie nos quiere. ¿Qué parte no entiendes?

ARABESQUE –Eso, quiero decir. Muy bien, han construido nuevas carreteras. Pero, ¿y qué?

VENDEDORA –¿Qué quieres decir con eso?

ARABESQUE –¿Y qué? Esta carretera no ha dejado de existir, ¿verdad?

VENDEDORA –No... No.

ARABESQUE –Pasé por la nueva carretera, ¿sabes? ¡Fue un infierno!

VENDEDORA –Lo sé, he estado allí para mirar.

ARABESQUE –Sí, es un infierno. Un montón de coches que pasan a tal velocidad que apenas se ven.

VENDEDORA –Tal vez por eso lo prefieren allí. Porque corren. No se detienen.

ARABESQUE –Lo cual es genial. Cuando tienes prisa. Pero cuando no hay prisa...

VENDEDORA –Siempre tienen prisa.

ARABESQUE –Lo sé. Pero ahí es donde no entiendo: por qué tienen prisa todo el tiempo. Quiero decir: a veces es normal tener prisa. No es normal tener prisa todo el tiempo, incluso cuando no hay razón para tenerla. ¿Lo entiendes?

VENDEDORA –Entiendo... Creo que entiendo...

ARABESQUE –¿Sería tan amable de explicarlo?

VENDEDORA –No, lo que digo es que entiendo lo que has dicho.

ARABESQUE –¡Ah! (riéndose) ¡Entendí! Te pregunté si habías entendido y me respondiste que sí, así que pensé que habías entendido lo que yo no entiendo, pero sólo entendiste lo que yo dije, ¡y tampoco entendiste lo que yo no entiendo!


(Fragmento de O grande circo ínfimo)



Fernando Marques es dramaturgo, director de teatro y actor. Integrante del Grupo Z.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

Fernando Marques es ciertamente uno de los nombres más significativos de las artes escénicas en Espírito Santo, no sólo por la longevidad de su obra, sino también por el abanico de oficios a los que se dedica, fortaleciendo continuamente el escenario artístico del estado. Marques es dramaturgo, actor, director de teatro, profesor de dramaturgia (a menudo promoviendo talleres, debates y formaciones en el ámbito de la escritura teatral) y productor cultural del Grupo Z, desde sus inicios, a finales de los años 90. El autor es prolífico, ya que ha escrito más de veinte textos teatrales que, en términos estéticos, apuntan a diferentes estados de ánimo, estilos, formatos y concepciones. Sin embargo, hay un denominador común fundamental que reúne a la mayoría de sus creaciones sin, por supuesto, homogeneizarlas. Marques elabora sus obras en íntimo diálogo con los actores, con sus cuerpos y, finalmente, con la contextura del escenario. La palabra propuesta por el dramaturgo es, en las salas de ensayo, recreada, revisada, de forma que su tejido dramatúrgico no se produce, en general, de forma aislada. En este sentido, su trayectoria se entrelaza con la propia biografía del Grupo Z, del que es miembro fundador. Fue en este colectivo donde Marques fue consolidando su poética. 

Fundado en Vitória, capital de Espírito Santo, el Grupo Z se reunió inicialmente en 1996, con el objetivo de proyectarse como un colectivo teatral basado en la experimentación y la constante investigación del lenguaje. El espectáculo inaugural del grupo tuvo lugar en 1997, con la puesta en escena de O maior espetáculo da terra –El mayor espectáculo del mundo–, que reunía, en la dramaturgia y dirección de Fernando Marques, principios de la teatralidad callejera y de las artes circenses. La puesta en escena en espacios urbanos, más allá de la sala de espectáculos convencional, es un rasgo recurrente en la historia del grupo, como en las obras Commedia, un experimento escénico basado en la Commedia Dell’Arte, y Joanas, cuyo texto descoloca a la insondable protagonista femenina de Gota d'água, concebida por Chico Buarque y Paulo Pontes. Marques firma la dramaturgia de los mencionados espectáculos. La investigación de la corporeidad del intérprete es una de las bases creativas del Grupo Z. Las transiciones entre el teatro y la danza, la búsqueda de una gestualidad plástica y de unas cualidades de movimiento refinadas son las señas de identidad de muchos de los espectáculos del grupo. Carla Van Den Bergen, cofundadora del colectivo y con formación profesional en el universo de la danza, se encarga de la preparación del cuerpo y, en muchos casos, de la coreografía y la escenografía de los montajes, como es el caso del monólogo Tarde demais –Demasiado tarde–, también escrito por Marques en 2003. 

La preocupación del grupo por la espacialidad escénica a partir de la fisicidad de los actores y la invención de una dramaturgia propia/autoral, es decir, un texto que incorpore los anhelos, las demandas y las urgencias colectivas del reparto, se incorporan en la escritura de Fernando Marques. En la metodología del colectivo, la creación textual y los ejercicios de improvisación van de la mano. El Grupo Z, junto con el Repertório Artes Cênicas e Cia., y los grupos Rerigtiba, Folgazões, Vira lata, Tarahumaras, por citar algunos, nutre el teatro contemporáneo de Espírito Santo y lo presenta más allá de las fronteras del estado.

Entre sus obras destaca O grande circo ínfimo, con la que el Grupo Z recorrió varios estados del país en el marco del proyecto Palco Giratorio, la primera participación de un grupo de teatro de Espírito Santo en esta importante iniciativa de promoción y difusión de las artes escénicas a nivel nacional. Estrenada en 2008, la obra presenta las penurias, el vacío y la melancolía de los artistas de circo que se revuelcan en el ostracismo, aferrándose a recuerdos lejanos y bellos de tiempos pasados, cuando la vitalidad del picadero brillaba incontestable. La penuria financiera y existencial discute, directa e indirectamente, el papel social de las manifestaciones artísticas en una sociedad violentamente capitalista, apática, regida por la mercancía y la plutocracia. El diálogo de base realista está atravesado por planos y situaciones oníricas y poéticas, en las que los viejos tiempos de intensa actividad circense alimentan de esperanza a los desencantados del presente. Aunque presenta un trasfondo románticamente idealista o nostálgico, O grande circo ínfimo apuesta por la sencillez del encuentro y la fantasía como posibilidades para humanizar el mundo.

Entre las investigaciones artísticas de Fernando Marqués se encuentran las micro relaciones afectivas, los encuentros y desencuentros de nuestras vidas, las míseras pérdidas y victorias emocionales que se sedimentan en la vida cotidiana. Ejemplos de este enfoque, en principio, más íntimo son los textos teatrales Vizinhos –Vecinos– y Pentagrama ou uma quase história de amor, ou uma história de quase amor, ou uma história de amor –Pentagrama o una casi historia de amor, o una historia de casi amor, o una historia de amor–, escritos, respectivamente, en 2014 y 2016. El primer texto expone la frágil y arenosa convivencia entre Luiz y Lúcio, vecinos de piso en un sencillo edificio. Las situaciones más ordinarias (como la clásica en la que alguien pide azúcar prestada), las pequeñeces y las banalidades cotidianas revelan, poco a poco, aspectos más profundos de la vida de estos muchachos solitarios. En definitiva, asistimos al intento (y finalmente a la dificultad) de mantener un diálogo y construir una comunicación real. En algunos momentos, Vizinhos –Vecinos– se acerca a esa tensión indescifrable presente en el cuento antológico “Aqueles dois” –Esos dos–, de Caio Fernando Abreu. Entre la indiferencia, la necesidad y los miedos, Luiz y Lúcio acaban mostrándonos que no toda relación o encuentro es necesariamente posible, pero el afecto es una invitación. Pentagrama… comienza casi como el poema “Quadrilha” de Carlos Drummond de Andrade, en la que cada personaje expresa, en secuencia, sus sentimientos hacia el otro. Las transiciones entre el registro dialógico y el narrativo delinean progresivamente las frustraciones, los deseos, las penas y las idealizaciones (naufragadas, por cierto) que los cinco personajes se tienen entre sí. Al final, como en la vida, pueden formarse nuevos e imprevisibles acuerdos. Ambos textos fueron escenificados por el Grupo Z [nota de traducción: Caio Fernando Loureiro de Abreu (Santiago, 12 de septiembre de 1948 / Porto Alegre, 25 de febrero de 1996) fue un periodista y escritor brasileño nombrado como uno de los exponentes de su generación, su obra, escrita en un estilo muy personal, habla de sexo, miedo, muerte y, principalmente, de angustiante soledad. Presenta una visión dramática del mundo moderno y es considerado un “fotógrafo de la fragmentación contemporánea”. Carlos Drummond de Andrade fue considerado por muchos el poeta brasileño más influyente del siglo XX y uno de los principales poetas de la segunda generación del modernismo brasileño, aunque su obra no se limita a las formas y temas de movimientos específicos. Los temas de su obra son amplios y abarcan desde cuestiones existenciales, como el sentido de la vida y la muerte, hasta cuestiones cotidianas, familiares y políticas, como la utopía socialista, dialogando siempre con las corrientes tradicionales y contemporáneas de su tiempo].

Otra dimensión expresiva de la obra de Fernando Marques se refiere a la reflexión sociopolítica sobre la realidad brasileña, sus males, injusticias y violencias. De esta cepa se proyecta Se eu fosse Iracema –Si yo fuera Iracema–, estrenada en 2016 por el colectivo 1Comum, compuesto por artistas de Río de Janeiro y Espírito Santo. La obra, que también recorrió el país en el marco del proyecto Palco Giratorio, reflexiona sobre las desigualdades e injusticias cometidas históricamente contra los pueblos indígenas en Brasil. Fragmentario por excelencia, el texto articula mitos y cosmovisiones de las selvas en tensión con situaciones que exponen las marcas coloniales que aún reinan en la estructura social del país. Resto: uma peça panfleto –Resto: una obra de teatro panfletaria–, de 2018, también es contundente en su posicionamiento. Puesta en escena por primera vez en 2018 por el Grupo Z, la obra revisa, de forma crítica y sarcástica, la política brasileña tras las secuelas del golpe de Estado perpetrado contra la ex presidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016. La dramaturgia, al igual que obras como Liberdade, Liberdade –Libertad, libertad– u O homem do princípio ao fim –El hombre de principio a fin– (ambas de Millôr Fernandes) es un collage de escenas, citas, juegos intertextuales con otras obras y tradiciones teatrales que satiriza con agudeza a las figuras políticas, los discursos reaccionarios, el autoritarismo y la parcialidad de la justicia [nota de traducción: Millôr Fernandes fue humorista, dramaturgo, dibujante, escritor y periodista. Trabajó para varios medios de comunicación en Brasil, siempre conocido por su aguda escritura, con tintes irónicos y satíricos. Iconoclasta, fue responsable de varias obras de teatro, ensayos, artículos, libros y publicaciones que criticaban el poder, la política y la dictadura].

El proyecto Z Convida, realizado virtualmente en 2021, está entre los últimos logros de Fernando Marques y el Grupo Z. El seminario tuvo como objetivo discutir los aspectos estéticos y las culturas del teatro contemporáneo a partir de la realidad del estado de Espírito Santo, creando registros y reflexiones sobre, especialmente, las escenas locales. Un compromiso que Marques tiene con la historia y la memoria del teatro en Espírito Santo.

(Guilherme Diniz)



Fernando Marques es dramaturgo, director de teatro y actor. Integrante del Grupo Z.

Fernando Marques es ciertamente uno de los nombres más significativos de las artes escénicas en Espírito Santo, no sólo por la longevidad de su obra, sino también por el abanico de oficios a los que se dedica, fortaleciendo continuamente el escenario artístico del estado. Marques es dramaturgo, actor, director de teatro, profesor de dramaturgia (a menudo promoviendo talleres, debates y formaciones en el ámbito de la escritura teatral) y productor cultural del Grupo Z, desde sus inicios, a finales de los años 90. El autor es prolífico, ya que ha escrito más de veinte textos teatrales que, en términos estéticos, apuntan a diferentes estados de ánimo, estilos, formatos y concepciones. Sin embargo, hay un denominador común fundamental que reúne a la mayoría de sus creaciones sin, por supuesto, homogeneizarlas. Marques elabora sus obras en íntimo diálogo con los actores, con sus cuerpos y, finalmente, con la contextura del escenario. La palabra propuesta por el dramaturgo es, en las salas de ensayo, recreada, revisada, de forma que su tejido dramatúrgico no se produce, en general, de forma aislada. En este sentido, su trayectoria se entrelaza con la propia biografía del Grupo Z, del que es miembro fundador. Fue en este colectivo donde Marques fue consolidando su poética. 

Fundado en Vitória, capital de Espírito Santo, el Grupo Z se reunió inicialmente en 1996, con el objetivo de proyectarse como un colectivo teatral basado en la experimentación y la constante investigación del lenguaje. El espectáculo inaugural del grupo tuvo lugar en 1997, con la puesta en escena de O maior espetáculo da terra –El mayor espectáculo del mundo–, que reunía, en la dramaturgia y dirección de Fernando Marques, principios de la teatralidad callejera y de las artes circenses. La puesta en escena en espacios urbanos, más allá de la sala de espectáculos convencional, es un rasgo recurrente en la historia del grupo, como en las obras Commedia, un experimento escénico basado en la Commedia Dell’Arte, y Joanas, cuyo texto descoloca a la insondable protagonista femenina de Gota d'água, concebida por Chico Buarque y Paulo Pontes. Marques firma la dramaturgia de los mencionados espectáculos. La investigación de la corporeidad del intérprete es una de las bases creativas del Grupo Z. Las transiciones entre el teatro y la danza, la búsqueda de una gestualidad plástica y de unas cualidades de movimiento refinadas son las señas de identidad de muchos de los espectáculos del grupo. Carla Van Den Bergen, cofundadora del colectivo y con formación profesional en el universo de la danza, se encarga de la preparación del cuerpo y, en muchos casos, de la coreografía y la escenografía de los montajes, como es el caso del monólogo Tarde demais –Demasiado tarde–, también escrito por Marques en 2003. 

La preocupación del grupo por la espacialidad escénica a partir de la fisicidad de los actores y la invención de una dramaturgia propia/autoral, es decir, un texto que incorpore los anhelos, las demandas y las urgencias colectivas del reparto, se incorporan en la escritura de Fernando Marques. En la metodología del colectivo, la creación textual y los ejercicios de improvisación van de la mano. El Grupo Z, junto con el Repertório Artes Cênicas e Cia., y los grupos Rerigtiba, Folgazões, Vira lata, Tarahumaras, por citar algunos, nutre el teatro contemporáneo de Espírito Santo y lo presenta más allá de las fronteras del estado.

Entre sus obras destaca O grande circo ínfimo, con la que el Grupo Z recorrió varios estados del país en el marco del proyecto Palco Giratorio, la primera participación de un grupo de teatro de Espírito Santo en esta importante iniciativa de promoción y difusión de las artes escénicas a nivel nacional. Estrenada en 2008, la obra presenta las penurias, el vacío y la melancolía de los artistas de circo que se revuelcan en el ostracismo, aferrándose a recuerdos lejanos y bellos de tiempos pasados, cuando la vitalidad del picadero brillaba incontestable. La penuria financiera y existencial discute, directa e indirectamente, el papel social de las manifestaciones artísticas en una sociedad violentamente capitalista, apática, regida por la mercancía y la plutocracia. El diálogo de base realista está atravesado por planos y situaciones oníricas y poéticas, en las que los viejos tiempos de intensa actividad circense alimentan de esperanza a los desencantados del presente. Aunque presenta un trasfondo románticamente idealista o nostálgico, O grande circo ínfimo apuesta por la sencillez del encuentro y la fantasía como posibilidades para humanizar el mundo.

Entre las investigaciones artísticas de Fernando Marqués se encuentran las micro relaciones afectivas, los encuentros y desencuentros de nuestras vidas, las míseras pérdidas y victorias emocionales que se sedimentan en la vida cotidiana. Ejemplos de este enfoque, en principio, más íntimo son los textos teatrales Vizinhos –Vecinos– y Pentagrama ou uma quase história de amor, ou uma história de quase amor, ou uma história de amor –Pentagrama o una casi historia de amor, o una historia de casi amor, o una historia de amor–, escritos, respectivamente, en 2014 y 2016. El primer texto expone la frágil y arenosa convivencia entre Luiz y Lúcio, vecinos de piso en un sencillo edificio. Las situaciones más ordinarias (como la clásica en la que alguien pide azúcar prestada), las pequeñeces y las banalidades cotidianas revelan, poco a poco, aspectos más profundos de la vida de estos muchachos solitarios. En definitiva, asistimos al intento (y finalmente a la dificultad) de mantener un diálogo y construir una comunicación real. En algunos momentos, Vizinhos –Vecinos– se acerca a esa tensión indescifrable presente en el cuento antológico “Aqueles dois” –Esos dos–, de Caio Fernando Abreu. Entre la indiferencia, la necesidad y los miedos, Luiz y Lúcio acaban mostrándonos que no toda relación o encuentro es necesariamente posible, pero el afecto es una invitación. Pentagrama… comienza casi como el poema “Quadrilha” de Carlos Drummond de Andrade, en la que cada personaje expresa, en secuencia, sus sentimientos hacia el otro. Las transiciones entre el registro dialógico y el narrativo delinean progresivamente las frustraciones, los deseos, las penas y las idealizaciones (naufragadas, por cierto) que los cinco personajes se tienen entre sí. Al final, como en la vida, pueden formarse nuevos e imprevisibles acuerdos. Ambos textos fueron escenificados por el Grupo Z [nota de traducción: Caio Fernando Loureiro de Abreu (Santiago, 12 de septiembre de 1948 / Porto Alegre, 25 de febrero de 1996) fue un periodista y escritor brasileño nombrado como uno de los exponentes de su generación, su obra, escrita en un estilo muy personal, habla de sexo, miedo, muerte y, principalmente, de angustiante soledad. Presenta una visión dramática del mundo moderno y es considerado un “fotógrafo de la fragmentación contemporánea”. Carlos Drummond de Andrade fue considerado por muchos el poeta brasileño más influyente del siglo XX y uno de los principales poetas de la segunda generación del modernismo brasileño, aunque su obra no se limita a las formas y temas de movimientos específicos. Los temas de su obra son amplios y abarcan desde cuestiones existenciales, como el sentido de la vida y la muerte, hasta cuestiones cotidianas, familiares y políticas, como la utopía socialista, dialogando siempre con las corrientes tradicionales y contemporáneas de su tiempo].

Otra dimensión expresiva de la obra de Fernando Marques se refiere a la reflexión sociopolítica sobre la realidad brasileña, sus males, injusticias y violencias. De esta cepa se proyecta Se eu fosse Iracema –Si yo fuera Iracema–, estrenada en 2016 por el colectivo 1Comum, compuesto por artistas de Río de Janeiro y Espírito Santo. La obra, que también recorrió el país en el marco del proyecto Palco Giratorio, reflexiona sobre las desigualdades e injusticias cometidas históricamente contra los pueblos indígenas en Brasil. Fragmentario por excelencia, el texto articula mitos y cosmovisiones de las selvas en tensión con situaciones que exponen las marcas coloniales que aún reinan en la estructura social del país. Resto: uma peça panfleto –Resto: una obra de teatro panfletaria–, de 2018, también es contundente en su posicionamiento. Puesta en escena por primera vez en 2018 por el Grupo Z, la obra revisa, de forma crítica y sarcástica, la política brasileña tras las secuelas del golpe de Estado perpetrado contra la ex presidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016. La dramaturgia, al igual que obras como Liberdade, Liberdade –Libertad, libertad– u O homem do princípio ao fim –El hombre de principio a fin– (ambas de Millôr Fernandes) es un collage de escenas, citas, juegos intertextuales con otras obras y tradiciones teatrales que satiriza con agudeza a las figuras políticas, los discursos reaccionarios, el autoritarismo y la parcialidad de la justicia [nota de traducción: Millôr Fernandes fue humorista, dramaturgo, dibujante, escritor y periodista. Trabajó para varios medios de comunicación en Brasil, siempre conocido por su aguda escritura, con tintes irónicos y satíricos. Iconoclasta, fue responsable de varias obras de teatro, ensayos, artículos, libros y publicaciones que criticaban el poder, la política y la dictadura].

El proyecto Z Convida, realizado virtualmente en 2021, está entre los últimos logros de Fernando Marques y el Grupo Z. El seminario tuvo como objetivo discutir los aspectos estéticos y las culturas del teatro contemporáneo a partir de la realidad del estado de Espírito Santo, creando registros y reflexiones sobre, especialmente, las escenas locales. Un compromiso que Marques tiene con la historia y la memoria del teatro en Espírito Santo.

(Guilherme Diniz)



Atitide se aleja de ambos, como si fuera a abandonar la escena, pero no lo hace. Mientras camina, Arabesque se despide de su amigo, dirigiéndose a él como si estuviera cada vez más lejos, hasta que lo pierde de vista. Pero permanece en la escena todo el tiempo, quizás menos iluminado, en otro plano, y siempre caminando –la mímica del caminar, con una fatiga creciente–.

ARABESQUE –Buena suerte, Atitide...

VENDEDORA –¡Que te lleve el diablo!

ARABESCA –¡Así que no sólo ha leído a Cervantes, sino también a Dante!

VENDEDORA –No, no lo he leído, he dicho que no lo he leído. Mi marido sí lo leía.

ARABESQUE –Ay sí, es verdad. Pero es lo mismo. Y dime, ¿entre los dos, qué prefieres?

VENDEDORA –Todo esto me parece muy triste.

ARABESQUE –Yo lo veo todo muy bonito. ¿Y qué más has leído?

VENDEDORA –Prospecto de medicamentos, manuales de instrucciones, señales de tráfico. ¿No te dije que mi marido era el que leía?

ARABESQUE – Ay sí, es verdad. Pero es lo mismo. ¿Y su marido?

VENDEDORA –Leía.

ARABESQUE –Sí, lo sé. ¿Pero qué ha sido de él? ¿Ha... muerto?

VENDEDORA –Quiera Dios que esté muerto y esperando a su amigo en el infierno.

ARABESQUE –¿En el infierno?

VENDEDORA –En el noveno círculo, que es donde se quedan los traidores.

ARABESQUE –Pero entonces no sabes si ha muerto.

VENDEDORA –Salió a comprar cigarrillos en un reino muy lejano más cerca de aquí.

ARABESQUE –¿Pero no venden cigarrillos allí?

VENDEDORA –Dijo que no tenía su marca.

ARABESQUE –Ah... Quizá vuelva, ¿no? Un día...

VENDEDORA –Será mejor que se mantenga alejado.

ARABESQUE –Lo sé...

VENDEDORA –Probablemente él también lo sepa.

ARABESQUE –Ya veo... ¿No lo echas de menos?

VENDEDORA –¿De esta rastrero?

ARABESCO –SÍ... de tu marido...

VENDEDORA –Echo de menos la época en que no había carreteras nuevas, cuando la gente pasaba por aquí. Y compraban.

ARABESQUE –A mí también me pasa lo mismo. Quiero decir, echo de menos el circo.

VENDEDORA –¿Realmente eras de un circo?

ARABESQUE –Oh, sí. Un gran circo.

VENDEDORA –Viéndote a ti es muy, muy difícil de creer que hayas trabajado en un gran circo.

ARABESQUE –No me malinterprete, señora, pero viéndola a usted y a su establecimiento, tampoco es fácil creer que alguna vez fue grande cuando la carretera traía mucha gente. De hecho, mirando la carretera, es incluso difícil de creer que haya traído gente.

VENDEDORA –Así es. Así es. Pero tengo mi venta y el cartel allí como prueba. ¿Y tú? ¿Qué demuestra su glorioso pasado?

Arabesque hace un acto de magia, haciendo desaparecer un pañuelo y luego reaparecer.

ARABESQUE –Miren, señoras y señores... Bueno en el caso sólo la señora, me da igual... Cómo hago desaparecer este pañuelo rojo entre mis dedos, ¡y luego aparecer de nuevo!

Cuando termina, la vendedora hace el mismo número, aunque lo hace con desprecio.

VENDEDORA –Miren, señoras y señores... Bueno en el caso sólo el señor, me da igual... Cómo hago que este trapo desaparezca entre mis dedos y luego aparezca de nuevo, haciendo que tu truco se vaya al infierno.

ARABESQUE –Bueno, pero señora... Eres realmente sorprendente.

VENDEDORA –¿Con este truco barato quieres demostrarme que formaste parte de un gran circo?

ARABESQUE –No realmente... El acto es bueno. Y tú también eres genial, ¿eh? Es decir, te falta cierto ímpetu, pero sí que lo haces muy bien...

VENDEDORA –¿Y qué pasó con el circo?

ARABESQUE –No sé...

VENDEDORA –Ah, bueno. Tú, desaliñado y torpe, con tu pequeño truco, quieres convencerme de que, junto con tu maleducado amigo, formabas parte de un circo, pero ni siquiera sabes lo que pasó.

ARABESQUE –¡No! Quiero decir, sí que lo sé...

VENDEDORA –¿Lo sabe o no lo sabe?

ARABESQUE –Lo sé, es difícil de entender... ¿Sabe, por ejemplo, qué le ha pasado a esta carretera para que ya nadie quiera circular por ella y no tenga clientes?

VENDEDORA –¡Perfectamente! Construyeron nuevas carreteras. Desde que lo hicieron, ya no pasa nadie por aquí.

ARABESQUE –Sí, lo sé. Con el circo, lo mismo. Surgieron cosas nuevas, la gente ya no iba al circo. Empezaron a preferir otras cosas. Entonces, el circo estaba desapareciendo... Entonces, llegó un momento en que Respetable, que era el dueño, dijo que no podía seguir haciéndolo. Y entonces, cada uno se fue por su lado y luego...

VENDEDORA –Después, lo sé. Te convertiste en esta miserable criatura y viniste a mendigar a mi puerta.

ARABESQUE –Así es. Pero no lo entiendo.

VENDEDORA –¡¿Pero es posible?! ¿Qué es lo que no entiendes? Nos hemos quedado obsoletos, ya no interesamos, ya nadie nos quiere. ¿Qué parte no entiendes?

ARABESQUE –Eso, quiero decir. Muy bien, han construido nuevas carreteras. Pero, ¿y qué?

VENDEDORA –¿Qué quieres decir con eso?

ARABESQUE –¿Y qué? Esta carretera no ha dejado de existir, ¿verdad?

VENDEDORA –No... No.

ARABESQUE –Pasé por la nueva carretera, ¿sabes? ¡Fue un infierno!

VENDEDORA –Lo sé, he estado allí para mirar.

ARABESQUE –Sí, es un infierno. Un montón de coches que pasan a tal velocidad que apenas se ven.

VENDEDORA –Tal vez por eso lo prefieren allí. Porque corren. No se detienen.

ARABESQUE –Lo cual es genial. Cuando tienes prisa. Pero cuando no hay prisa...

VENDEDORA –Siempre tienen prisa.

ARABESQUE –Lo sé. Pero ahí es donde no entiendo: por qué tienen prisa todo el tiempo. Quiero decir: a veces es normal tener prisa. No es normal tener prisa todo el tiempo, incluso cuando no hay razón para tenerla. ¿Lo entiendes?

VENDEDORA –Entiendo... Creo que entiendo...

ARABESQUE –¿Sería tan amable de explicarlo?

VENDEDORA –No, lo que digo es que entiendo lo que has dicho.

ARABESQUE –¡Ah! (riéndose) ¡Entendí! Te pregunté si habías entendido y me respondiste que sí, así que pensé que habías entendido lo que yo no entiendo, pero sólo entendiste lo que yo dije, ¡y tampoco entendiste lo que yo no entiendo!


(Fragmento de O grande circo ínfimo)