marcelo flecha

São Luís - MA

Fragmento Teatral

(El hombre se detiene. Observa el trayecto que estaba haciendo. Comienza a caminar lentamente hacia atrás, tratando de poner los pies en la posición de las huellas anteriores. El movimiento es muy lento y sigue el silabeo. El joven no se detiene y comienza a cruzarse con el hombre a cada vuelta.)


HOMBRE –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (girando)

HOMBRE (continúa) –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (manteniendo el sentido horario, sigue girando y examinando el paso del hombre)

HOMBRE (continúa) –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (continúa)

HOMBRE (se detiene, tratando de percibir algún cambio) –Nada.

JOVEN (continúa)

HOMBRE (recupera el sentido horario repentinamente) –La rueda del tiempo no se detiene.

JOVEN (sigue caminando y va emparejándose con el hombre)

HOMBRE (continúa, repetidamente) –La rueda del tiempo no se detiene. La rueda del tiempo no se detiene...

JOVEN (presiona el paso, haciendo que el hombre acelere el suyo durante mucho tiempo)

HOMBRE (se detiene) –Se ha detenido.

JOVEN (estanca, justo detrás del hombre)

HOMBRE (se queda paralizado, tratando de notar algún cambio) –Se detuvo.

JOVEN (se mueve, sin prestar atención, todavía un poco mareado de tanto dar vueltas)

HOMBRE (se da cuenta de que sólo él se ha detenido) –No se ha detenido.

JOVEN (sigue tambaleándose)

HOMBRE (intenta caminar, pero sus pies se quedan pegados al suelo) –No puedo quedarme así paralizado.

JOVEN (intenta ayudarle a mover los pies del suelo)

HOMBRE (hace un gran esfuerzo, intentando levantar los pies del suelo, en vano)

JOVEN (se rinde. va al artilugio y coge un instrumento musical)

HOMBRE (tras un gran esfuerzo, consigue despegarse del suelo) –Voy a... ¡Lograrlo!

JOVEN (empieza a tocar)

HOMBRE (empieza a moverse con cierta ligereza) –¿Y ahora qué?

JOVEN (tocando)

HOMBRE (continúa) –En movimiento todo empeora.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (en un movimiento creciente) –Es difícil concentrarse.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (el movimiento se convierte en un baile frenético) –Es difícil contar.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Es difícil controlar.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Es difícil calcular.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Todo tiene que estar muy bien calculado.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Cálculo perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Hecho el cálculo perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (se deja seducir por el movimiento y se rinde, abandonando el raciocinio) –¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (después de un largo momento, fatigándose) –Hecho.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (deja de bailar) –Todo está hecho.

JOVEN (deja de tocar)

HOMBRE (buscando un libro en el artilugio) –Pensamiento.

JOVEN (se detiene)

(El hombre encuentra un libro y comienza a mirarlo, a hojearlo, pero no lo lee. El joven agarra algo de ropa y ahora es él quien empieza a intentar vestirse, pero la acción es estéril. Mientras se viste, se desviste. Mientras se pone una pieza, se desviste la otra.)

HOMBRE (hojeando el libro) –Un pensamiento es siempre un pensamiento.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Una idea es siempre una idea.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Sí.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Una idea.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Un pensamiento.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Más eficaz.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Desde aquí.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Sin salir.

JOVEN (al final de esta larga y continua acción, se encuentra exactamente igual que al principio de esta misma acción)

(Pausa. Se miran el uno al otro. El hombre con las últimas palabras aún en la boca y el joven terminando su estéril intento de salir. Congelados. Se mantienen estáticos.)

HOMBRE (busca una caja de cerillas en la máquina y prende fuego al libro) –Hace frío.

(Los dos permanecen alrededor del fuego, estáticos, viendo arder el libro.)

JOVEN (coge la cuerda del principio del espectáculo)

HOMBRE (justificando la acción anterior) –Vivir es importante.

JOVEN (mientras el libro sigue ardiendo, comienza a enredar al hombre en la cuerda)

HOMBRE –Abuso. Bestialidad. Cobardía. Demagogia. Oscuridad. Fanatismo. Codicia. Humillación. Ingratitud. Juego. Litigio. Muerte. Nada. Ostracismo. Poder. Denuncia. Robo. Indecencia. Tiranía. Injuria. Vergüenza. Xenofobia. Cero.

JOVEN (enredando)

HOMBRE –Así mejor.

JOVEN (vuelve a hacer el gesto de intentar agarrara el sonido que sale de la boca del hombre)

(Cuando termina de hablar, el hombre está completamente enredado en la cuerda, como al principio del espectáculo.)

HOMBRE (pausa) –Mucho mejor así.

JOVEN (se traga el sonido)

HOMBRE (pausa) –Así.

JOVEN (tras una pausa, con un sonido cavernoso, pronunciando su única línea) –Sí.

(Se vuelve a escuchar el sonido de la manifestación. El sonido se acerca. El hombre se va, aliviado. El chico vuelve a la máquina y desaparece en ella.)

(Fragmento de Clausura)



Marcelo Flecha es director de teatro, dramaturgo, escenógrafo, iluminador e investigador teatral. Miembro fundador de la Pequena Companhia de Teatro.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

En una de las calles del centro de São Luís do Maranhão hay una antigua casa colonial con una sencilla lámina en la que se lee: Pequena Companhia de Teatro. Es la sede del colectivo, formado hace más de 15 años, y también el hogar de Marcelo Flecha, uno de los nombres más importantes del teatro de Maranhão. Marcelo es sin duda un hombre de teatro: desde hace décadas se dedica a la dramaturgia, la puesta en escena, la escenografía y la iluminación escénica. Argentino naturalizado brasileño, ha dirigido más de 30 espectáculos que han recorrido más de 100 ciudades de todos los estados del país. Fue productor del Festival de Teatro Sul-Maranhense y de la Semana Imperatrizense de Teatro, director artístico de la Feria del Libro de São Luís y director técnico del Teatro Arthur Azevedo a lo largo de una década.

En 2010, Marcelo Flecha publicó el libro Cinco tempos em cinco textos. Dramaturgia reunida, que reúne su producción dramatúrgica escrita entre 2003 y 2009. Desde la crítica social hasta las cuestiones existenciales, pasando por la comedia, el drama y la tragedia, el dramaturgo no sigue una única línea temática o estilística. Como señaló el director e investigador Fernando Yamamoto, en la presentación de la mencionada colección: “Flecha transita por los más diversos referentes; al leer sus obras es inevitable deambular por la ausencia de perspectiva beckettiana, la crudeza de Plínio Marcos, el nihilismo de la incursión teatral de Pablo Picasso en su El deseo atrapado por la cola, el ácido distanciamiento brechtiano, e incluso la aproximación al teatro contemporáneo argentino –haciendo justicia a sus raíces– de Daniel Veronese y su colectivo El Periférico de Objetos. Son elementos que nos hacen deleitarnos con la capacidad inventiva de Marcelo”.

La trayectoria dramatúrgica de Flecha se inició, de forma empírica, a partir de la utilización de textos no dramáticos para la escena, proceso que posteriormente sistematizó y denominó “transposición de géneros”, un sistema de adaptación literaria para el lenguaje teatral muy utilizado en la Pequena Companhia de Teatro. Este sistema favoreció la formación de varios otros dramaturgos en todo Brasil a partir de los talleres que el artista impartió en más de 30 ciudades.

Para Flecha, “la dramaturgia que se produce hoy es más viva, orgánica y poco aprisionada al papel”. Como artista de la escena, Marcelo es un dramaturgo atento al actor, al cuerpo, al gesto, al movimiento. Sus palabras convocan energías y presencias. La fuerza de su texto está en perturbar la bidimensionalidad del papel y provocar la tridimensionalidad de la escena. La dramaturgia de Flecha, junto a Lauande Aires e Igor Nascimento, nos enseña que el teatro de Maranhão sigue vivo, a pesar de las inmensas dificultades socioeconómicas de la región, y provocativo, más allá de los estereotipos regionalistas.

(Gorete Lima)



Marcelo Flecha es director de teatro, dramaturgo, escenógrafo, iluminador e investigador teatral. Miembro fundador de la Pequena Companhia de Teatro.

En una de las calles del centro de São Luís do Maranhão hay una antigua casa colonial con una sencilla lámina en la que se lee: Pequena Companhia de Teatro. Es la sede del colectivo, formado hace más de 15 años, y también el hogar de Marcelo Flecha, uno de los nombres más importantes del teatro de Maranhão. Marcelo es sin duda un hombre de teatro: desde hace décadas se dedica a la dramaturgia, la puesta en escena, la escenografía y la iluminación escénica. Argentino naturalizado brasileño, ha dirigido más de 30 espectáculos que han recorrido más de 100 ciudades de todos los estados del país. Fue productor del Festival de Teatro Sul-Maranhense y de la Semana Imperatrizense de Teatro, director artístico de la Feria del Libro de São Luís y director técnico del Teatro Arthur Azevedo a lo largo de una década.

En 2010, Marcelo Flecha publicó el libro Cinco tempos em cinco textos. Dramaturgia reunida, que reúne su producción dramatúrgica escrita entre 2003 y 2009. Desde la crítica social hasta las cuestiones existenciales, pasando por la comedia, el drama y la tragedia, el dramaturgo no sigue una única línea temática o estilística. Como señaló el director e investigador Fernando Yamamoto, en la presentación de la mencionada colección: “Flecha transita por los más diversos referentes; al leer sus obras es inevitable deambular por la ausencia de perspectiva beckettiana, la crudeza de Plínio Marcos, el nihilismo de la incursión teatral de Pablo Picasso en su El deseo atrapado por la cola, el ácido distanciamiento brechtiano, e incluso la aproximación al teatro contemporáneo argentino –haciendo justicia a sus raíces– de Daniel Veronese y su colectivo El Periférico de Objetos. Son elementos que nos hacen deleitarnos con la capacidad inventiva de Marcelo”.

La trayectoria dramatúrgica de Flecha se inició, de forma empírica, a partir de la utilización de textos no dramáticos para la escena, proceso que posteriormente sistematizó y denominó “transposición de géneros”, un sistema de adaptación literaria para el lenguaje teatral muy utilizado en la Pequena Companhia de Teatro. Este sistema favoreció la formación de varios otros dramaturgos en todo Brasil a partir de los talleres que el artista impartió en más de 30 ciudades.

Para Flecha, “la dramaturgia que se produce hoy es más viva, orgánica y poco aprisionada al papel”. Como artista de la escena, Marcelo es un dramaturgo atento al actor, al cuerpo, al gesto, al movimiento. Sus palabras convocan energías y presencias. La fuerza de su texto está en perturbar la bidimensionalidad del papel y provocar la tridimensionalidad de la escena. La dramaturgia de Flecha, junto a Lauande Aires e Igor Nascimento, nos enseña que el teatro de Maranhão sigue vivo, a pesar de las inmensas dificultades socioeconómicas de la región, y provocativo, más allá de los estereotipos regionalistas.

(Gorete Lima)



(El hombre se detiene. Observa el trayecto que estaba haciendo. Comienza a caminar lentamente hacia atrás, tratando de poner los pies en la posición de las huellas anteriores. El movimiento es muy lento y sigue el silabeo. El joven no se detiene y comienza a cruzarse con el hombre a cada vuelta.)


HOMBRE –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (girando)

HOMBRE (continúa) –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (manteniendo el sentido horario, sigue girando y examinando el paso del hombre)

HOMBRE (continúa) –La rue-da del tiem-po no gi-ra hacia atrás.

JOVEN (continúa)

HOMBRE (se detiene, tratando de percibir algún cambio) –Nada.

JOVEN (continúa)

HOMBRE (recupera el sentido horario repentinamente) –La rueda del tiempo no se detiene.

JOVEN (sigue caminando y va emparejándose con el hombre)

HOMBRE (continúa, repetidamente) –La rueda del tiempo no se detiene. La rueda del tiempo no se detiene...

JOVEN (presiona el paso, haciendo que el hombre acelere el suyo durante mucho tiempo)

HOMBRE (se detiene) –Se ha detenido.

JOVEN (estanca, justo detrás del hombre)

HOMBRE (se queda paralizado, tratando de notar algún cambio) –Se detuvo.

JOVEN (se mueve, sin prestar atención, todavía un poco mareado de tanto dar vueltas)

HOMBRE (se da cuenta de que sólo él se ha detenido) –No se ha detenido.

JOVEN (sigue tambaleándose)

HOMBRE (intenta caminar, pero sus pies se quedan pegados al suelo) –No puedo quedarme así paralizado.

JOVEN (intenta ayudarle a mover los pies del suelo)

HOMBRE (hace un gran esfuerzo, intentando levantar los pies del suelo, en vano)

JOVEN (se rinde. va al artilugio y coge un instrumento musical)

HOMBRE (tras un gran esfuerzo, consigue despegarse del suelo) –Voy a... ¡Lograrlo!

JOVEN (empieza a tocar)

HOMBRE (empieza a moverse con cierta ligereza) –¿Y ahora qué?

JOVEN (tocando)

HOMBRE (continúa) –En movimiento todo empeora.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (en un movimiento creciente) –Es difícil concentrarse.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (el movimiento se convierte en un baile frenético) –Es difícil contar.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Es difícil controlar.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Es difícil calcular.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –Todo tiene que estar muy bien calculado.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Cálculo perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Hecho el cálculo perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (bailando) –¡Perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (se deja seducir por el movimiento y se rinde, abandonando el raciocinio) –¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!... ¡Perfecto!

JOVEN (tocando)

HOMBRE (después de un largo momento, fatigándose) –Hecho.

JOVEN (tocando)

HOMBRE (deja de bailar) –Todo está hecho.

JOVEN (deja de tocar)

HOMBRE (buscando un libro en el artilugio) –Pensamiento.

JOVEN (se detiene)

(El hombre encuentra un libro y comienza a mirarlo, a hojearlo, pero no lo lee. El joven agarra algo de ropa y ahora es él quien empieza a intentar vestirse, pero la acción es estéril. Mientras se viste, se desviste. Mientras se pone una pieza, se desviste la otra.)

HOMBRE (hojeando el libro) –Un pensamiento es siempre un pensamiento.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Una idea es siempre una idea.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Sí.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Una idea.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Un pensamiento.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Más eficaz.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Desde aquí.

JOVEN (vistiéndose y desvistiéndose)

HOMBRE (hojeando el libro) –Sin salir.

JOVEN (al final de esta larga y continua acción, se encuentra exactamente igual que al principio de esta misma acción)

(Pausa. Se miran el uno al otro. El hombre con las últimas palabras aún en la boca y el joven terminando su estéril intento de salir. Congelados. Se mantienen estáticos.)

HOMBRE (busca una caja de cerillas en la máquina y prende fuego al libro) –Hace frío.

(Los dos permanecen alrededor del fuego, estáticos, viendo arder el libro.)

JOVEN (coge la cuerda del principio del espectáculo)

HOMBRE (justificando la acción anterior) –Vivir es importante.

JOVEN (mientras el libro sigue ardiendo, comienza a enredar al hombre en la cuerda)

HOMBRE –Abuso. Bestialidad. Cobardía. Demagogia. Oscuridad. Fanatismo. Codicia. Humillación. Ingratitud. Juego. Litigio. Muerte. Nada. Ostracismo. Poder. Denuncia. Robo. Indecencia. Tiranía. Injuria. Vergüenza. Xenofobia. Cero.

JOVEN (enredando)

HOMBRE –Así mejor.

JOVEN (vuelve a hacer el gesto de intentar agarrara el sonido que sale de la boca del hombre)

(Cuando termina de hablar, el hombre está completamente enredado en la cuerda, como al principio del espectáculo.)

HOMBRE (pausa) –Mucho mejor así.

JOVEN (se traga el sonido)

HOMBRE (pausa) –Así.

JOVEN (tras una pausa, con un sonido cavernoso, pronunciando su única línea) –Sí.

(Se vuelve a escuchar el sonido de la manifestación. El sonido se acerca. El hombre se va, aliviado. El chico vuelve a la máquina y desaparece en ella.)

(Fragmento de Clausura)