ESCENA 3 –LA BÚSQUEDA–
Fue un Dios nos ayude
Vivir en aquella ciudad
Los débiles fueron pisoteados
Sin misericordia y sin piedad
Era necesario luchar
Para avanzar en edad
Todos querían pisar
En el mismo trozo de tierra
Pero la forma en que caminaban
La confusión era grande
Y en este “quién pisa a quién”
Era el hermano pisando al hermano.
VECINA: ¿Qué es todo este jaleo?/ ¿Lo oye, vecina?/ No lo veo desde aquí. Y de aquí tampoco./ ¡Vecina, ven a ver!/ Ahora sí que veo. Madre mía, ¿qué es eso?/ ¡Vecina! Debe ser algo del tipo este, no lo dudo./ ¿Sabes algo que yo no sepa?/ Lo sabía. Ahí está, todo imperioso, y no está solo./ Intervienen los militares. Es un gran ejército, comandado por el rey. No sé lo que dice, pero por la forma en que agita los brazos, parece furioso. ¡Ven a ver!/ Mira, hay gente que no puede ver una movida, gente más curiosa./ Ahí va, el dueño del circo. Lleno de pinta. ¡Voy pa allá!/ ¡Vecina! El capellán está allí, bendiciendo a la gente. Bendiciendo con vela y todo, hombres, mujeres y niños./ Qué vestido más bonito. Ven a ver a la hija del lechero, llenas de los accesorios más parece un árbol de navidad. ¿Qué está haciendo?/ Sólo está caminando, vecina, ella y un grupo de niños. No lo entiendo, solo están a mirar a los niños caminando de un lado a otro, de un lado a otro... Pero y eso ¿qué? ¡Eso es! ¡Es el niño! Ese niño no, el otro. ¿Pero no era chismorreo de la gente?/ Ay que no hace falta pegarlo. ¡Es sólo un niño!/ Señaló aquí. ¿Me ha visto? Creo que sí. Es el niño. Está buscando al niño. Debe ser el niño. Estos días el lechero ha cambiado el cartel de la entrada, ¿has visto? “¡Esta leche es la cura! Tómala con chocolate y asegúrate de que tu hijo camina atravesado”. Me pareció un absurdo. El dueño del circo dice que si es verdad no quiere al niño ni en la noche de los horrores, y ahora el rey investiga a los críos todos. ¡No puede ser una mentira! ¿Qué está pasando? Es sólo un niño.
REY: La hormiga es pequeña, pero son un ejército cuando se juntan.
VECINA: En un hormiguero, uno más, uno menos, qué más da, si los honores, al final, son de la reina. Quiero decir, del rey.
REY: Sabias palabras.
VECINA: ¿A qué debo el honor?
REY: Estoy buscando a un tipo peligroso.
VECINA: ¿Y qué delito ha cometido?
REY: Lo arrestaré antes de que lo haga.
VECINA: ¿Entonces debemos temer?
REY: ¡Nunca! La situación está bajo control. Es un... un niño... una criatura horrible y deforme, que camina hacia atrás, asustando a los habitantes de toda la ciudad.
VECINA: ¿El niño?
REY: No se equivoque, jovencita.
VECINO 2: Por lo que sé, sólo es un niño.
REY: ¿Así que lo has visto?
VECINO 2: He oído hablar de ello.
REY: ¿Has oído hablar de ello? Pues cuéntame.
Su Alteza
Que yo sepa, no hay belleza
Lo que yo he visto, puede que el rey no lo vea
Si quieres saber, sabrás que dirán que han escuchado
Tanto hablar, habladuría, falacia y al final nadie vio (2x)
Cuando el capellán se enteró, golpeó
Muy fuerte en la campana,
Tomó la vela más sagrada
Tomó el mejor rosario,
Y dijo:
Rezando voy a quitar…
El hechizo del niño.
Si quieres saber, sabrás que dirán que han escuchado
Tanto hablar, habladuría, falacia y al final nadie vio (2x)
Caballero sabiendo, corrió
Con el escudo en la mano
Diciendo: Sólo quiero ver
¿Cómo es ese hombre cristiano
Cuando he deslizado su escudo
En el hondo de su trasero (¡vaya!)
Si quieres saber, sabrás que dirán que han escuchado
Tanto hablar, habladuría, falacia y al final nadie vio (2x)
VECINA: Cuando veían a un sospechoso, todo el pelotón se detenía, el Capellán lo bendecía, nuestro rey investigaba, los caballeros echaban golpes, pero nadie, nadie decía dónde vivía el niño.
Si quieres saber, sabrás que dirán que han escuchado
Tanto hablar, habladuría, falacia y al final nadie vio (2x)
VOZ EN OFF: ¡Lo he visto!
(El rey sale.)
(Fragmento de O torto andar do outro –El caminar tortuoso del otro–)