noá bonoba

Fortaleza - CE

Fragmento Teatral

4 –Ahora estamos en uno de sus sueños. Estamos en un quirófano. Bruce está tratando de reconstruir el cuerpo de su amante.

Antes sabíamos quién era el enemigo. Desde un sólo lado todas las fuerzas, todo el poder, los derechos de todos, el derecho a castigar. Había un enemigo común. Pero ahora el enemigo puede ser cualquiera. Cualquiera. Éramos las víctimas. Vivíamos amenazados. Pero eran ellos los que morían. Más de 150 al día. Incluso algunos días cuatrocientos. Casi cinco mil al mes. Sesenta mil al año. Puestos a contabilizar. O cien mil. Hombres, mujeres y niños. Víctimas de todo tipo de violencia. Y después de eso, muchos más. La cifra alcanzó varios millones. En la guerra, lo único que nos queda es la contabilidad. Comparar las cifras. Con frecuencia las cifras. ¿Por qué crees que el poder les protege? ¿Por qué crees que invierte dinero para proteger sus cuerpos? El poder protege sus cuerpos porque vosotros sois una fuerza productiva. Y prolongan la duración de sus vidas para que sigan consumiendo lo que han producido. No les protegen a vosotros por ningún otro motivo que no sea ese. No se han librado de los terroristas por ninguna otra razón. No han aniquilado a millones de inocentes por ninguna otra razón. Es una amenaza mercantil. La existencia humana tiene un valor industrial. Buscan su fuerza, su utilidad, su docilidad. Lo buscan en un cuerpo que no es más que un asiento de necesidades y deseos. Vosotros sois hombres económicos. Muñecos políticos. Cuerpos dóciles. Su cuerpo es un simple objeto de intervención política. Debes congelar los restos. Así son las cosas. Un descuido. Un accidente.

Estados Unidos se apresuró a enviar a sus muchachos, con sus rostros inmaduros y sus culos suaves, a la Segunda Guerra Mundial para poner orden entre las gentes. ¿Quién iba a decirle a la nación que sus soldaditos eran tan sucios como los comunistas o los maricones? Los soldados estadounidenses, al igual que los europeos, tanto aliados como enemigos, escucharon la llamada del Ano. Descubrieron, al mismo tiempo, la violencia de las granadas y el delicado tacto rectal de los palos. La guerra, sí, he dicho la guerra, daría lugar al nacimiento de las primeras comunidades homosexuales en Estados Unidos. La industria del porno es para la industria cultural y del espectáculo lo que el comercio de drogas ilegales es para la industria farmacéutica. Es hora de acabar con esta retórica revolucionaria sin sentido, de no poner el marxismo donde debería estar la boca. Carne es asesinato. La carne es una forma increíblemente abusiva de producir alimentos. Para producir 1 kg de carne se necesita una media de 10 kg de proteínas vegetales. En cambio, estas proteínas podrían distribuirse directamente a la población. Esto lleva al hambre, porque la gente del sucio y capitalista Occidente utiliza la mayor parte de la cosecha del mundo para dársela a su ganado en los mataderos. Y como los países occidentales son tan poderosos, pueden insistir en que en los países más pobres se produzcan alimentos para la subsistencia de Occidente, cuando podrían producir para ellos mismos. El siglo XX fue testigo de algunos de los experimentos médico-científicos más brutales y poco éticos que se han realizado en toda la historia, la mayoría de ellos destinados a mejorar las técnicas de guerra. Es imposible separar esta truculenta investigación de la realizada en el ámbito de la mejora de la salud. Todo estudio clínico de un nuevo medicamento debe pasar por cuatro o cinco fases, numeradas del cero al cuatro. Y antes de llegar a eso, los estudios preclínicos, realizados en cultivos de laboratorio y en animales (in vitro e in vivo, respectivamente), tienen que haber demostrado que la sustancia puede producir realmente algunos de los efectos deseados. Sólo entonces comienza el estudio con humanos. De todas las cosas perversas que genera el avance de la ciencia médica, impulsado por la industria farmacéutica, ninguna es más aterradora que la práctica de inventar enfermedades inexistentes. En una sociedad cada vez más obsesionada con la salud y el bienestar, somos un caldo de cultivo para este tipo de actitudes, que convierten las pequeñas fluctuaciones del rico y variado espectro humano en anomalías que hay que tratar y combatir. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades.

(Fragmento de Go Go Bruce)



Noá Bonoba es travestí, actriz, guionista, cineasta, entrenadora de actores y actrices, dramaturga, profesora y curadora de Tomada LBT.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

Dramaturga, guionista, actriz, directora de teatro y entrenadora de actores y actrices, desde su graduación en el Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Ceará (IFCE), Noá Bonoba se interesa por el teatro del absurdo y el teatro posdramático, proponiendo en sus producciones tensionar las jerarquías establecidas entre los elementos del espectáculo y las expectativas sobre los cuerpos y sus performances.

Todavía en su formación, utilizó el espacio de la disciplina de la dramaturgia, mediada por el profesor Fernando Lira, para experimentar otras posibilidades de escrituras dramatúrgicas que se alejaban de una experiencia más clásica. Explorando con más energía una lógica no centrada en el texto, su dramaturgia acaba fuertemente vinculada al conjunto de la puesta en escena. En este contexto, estrena su primer texto: Elefantes famintos –Elefantes hambrientos– en 2015.

Abordando políticamente la cuestión ambiental, la crisis climática y la discusión decolonial, utiliza la ficción especulativa para crear el espectáculo Notas de uma terra devastada –Apuntes de una tierra arruinada– (2018), un dúo de Noá con Muriel Cruz Phelipe. En este texto, compuesto sólo de apuntes, un personaje del futuro envía informes diarios a la época actual, en los que se habla de la destrucción del planeta, del avance del calentamiento global, de la inundación de continentes enteros, así como del resurgimiento de los regímenes autoritarios, de los intentos de adaptación capitalista y de la cuestión de las guerras y los residuos nucleares.

La atmósfera especulativa sigue presente en su escritura, como se puede comprobar al leer Go Go Bruce (2019), una obra en la que Noá utiliza textos propios y collages de otros textos para situarnos ante un personaje y sus intentos de resucitar a su amante, y un rizoma de cuestiones transversales que se materializan en sus reflexiones durante su performance. La artista también transita por el cine, tanto como guionista como entrenadora de actores y actrices, y durante la pandemia desarrolló la videodanza titulada Travomantra, donde actúa como performer, guionista y directora. Travomantra está disponible en YouTube.

Es importante señalar que su constancia en el trabajo de dirección de actores y actrices convierte la performance en uno de los elementos centrales de su producción, sea como dramaturga/guionista o como directora de teatro. Al cuestionar el lugar del fracaso y las expectativas relacionadas con el buen desempeño de una actuación, la artista reflexiona sobre este efecto en relación con los cuerpos disidentes y cómo este argumento, el de la “buena performance”, fue y es utilizado para justificar dinámicas de opresión como, por ejemplo, el transfake.

Noá Bonoba también dedica parte de su tiempo a la participación y elaboración de proyectos que trabajan por la redistribución del acceso y la formación en el arte, especialmente proyectos dirigidos a la comunidad LGBTQIAP+. Actualmente está desarrollando una residencia teatral para personas trans y travestís, en la que actúa como directora, formadora y dramaturga.

La residencia, cuya vertiente formativa es tan fuerte y dialoga con el deseo de Noá de desarrollar obras en las que pueda reunir un elenco mayoritariamente trans, servirá también como proceso creativo para uno de sus textos inéditos: Trúqui. El elenco estará formado por 10 personas que investigarán, en contacto con el texto, las “formas de decir”, la performance del hablar, tratando de alejarse de una idea naturalista del tratamiento del texto y componiendo una obra coral, similar a la idea de una orquesta.

(Laís Machado)



Noá Bonoba es travestí, actriz, guionista, cineasta, entrenadora de actores y actrices, dramaturga, profesora y curadora de Tomada LBT.

Dramaturga, guionista, actriz, directora de teatro y entrenadora de actores y actrices, desde su graduación en el Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Ceará (IFCE), Noá Bonoba se interesa por el teatro del absurdo y el teatro posdramático, proponiendo en sus producciones tensionar las jerarquías establecidas entre los elementos del espectáculo y las expectativas sobre los cuerpos y sus performances.

Todavía en su formación, utilizó el espacio de la disciplina de la dramaturgia, mediada por el profesor Fernando Lira, para experimentar otras posibilidades de escrituras dramatúrgicas que se alejaban de una experiencia más clásica. Explorando con más energía una lógica no centrada en el texto, su dramaturgia acaba fuertemente vinculada al conjunto de la puesta en escena. En este contexto, estrena su primer texto: Elefantes famintos –Elefantes hambrientos– en 2015.

Abordando políticamente la cuestión ambiental, la crisis climática y la discusión decolonial, utiliza la ficción especulativa para crear el espectáculo Notas de uma terra devastada –Apuntes de una tierra arruinada– (2018), un dúo de Noá con Muriel Cruz Phelipe. En este texto, compuesto sólo de apuntes, un personaje del futuro envía informes diarios a la época actual, en los que se habla de la destrucción del planeta, del avance del calentamiento global, de la inundación de continentes enteros, así como del resurgimiento de los regímenes autoritarios, de los intentos de adaptación capitalista y de la cuestión de las guerras y los residuos nucleares.

La atmósfera especulativa sigue presente en su escritura, como se puede comprobar al leer Go Go Bruce (2019), una obra en la que Noá utiliza textos propios y collages de otros textos para situarnos ante un personaje y sus intentos de resucitar a su amante, y un rizoma de cuestiones transversales que se materializan en sus reflexiones durante su performance. La artista también transita por el cine, tanto como guionista como entrenadora de actores y actrices, y durante la pandemia desarrolló la videodanza titulada Travomantra, donde actúa como performer, guionista y directora. Travomantra está disponible en YouTube.

Es importante señalar que su constancia en el trabajo de dirección de actores y actrices convierte la performance en uno de los elementos centrales de su producción, sea como dramaturga/guionista o como directora de teatro. Al cuestionar el lugar del fracaso y las expectativas relacionadas con el buen desempeño de una actuación, la artista reflexiona sobre este efecto en relación con los cuerpos disidentes y cómo este argumento, el de la “buena performance”, fue y es utilizado para justificar dinámicas de opresión como, por ejemplo, el transfake.

Noá Bonoba también dedica parte de su tiempo a la participación y elaboración de proyectos que trabajan por la redistribución del acceso y la formación en el arte, especialmente proyectos dirigidos a la comunidad LGBTQIAP+. Actualmente está desarrollando una residencia teatral para personas trans y travestís, en la que actúa como directora, formadora y dramaturga.

La residencia, cuya vertiente formativa es tan fuerte y dialoga con el deseo de Noá de desarrollar obras en las que pueda reunir un elenco mayoritariamente trans, servirá también como proceso creativo para uno de sus textos inéditos: Trúqui. El elenco estará formado por 10 personas que investigarán, en contacto con el texto, las “formas de decir”, la performance del hablar, tratando de alejarse de una idea naturalista del tratamiento del texto y componiendo una obra coral, similar a la idea de una orquesta.

(Laís Machado)



4 –Ahora estamos en uno de sus sueños. Estamos en un quirófano. Bruce está tratando de reconstruir el cuerpo de su amante.

Antes sabíamos quién era el enemigo. Desde un sólo lado todas las fuerzas, todo el poder, los derechos de todos, el derecho a castigar. Había un enemigo común. Pero ahora el enemigo puede ser cualquiera. Cualquiera. Éramos las víctimas. Vivíamos amenazados. Pero eran ellos los que morían. Más de 150 al día. Incluso algunos días cuatrocientos. Casi cinco mil al mes. Sesenta mil al año. Puestos a contabilizar. O cien mil. Hombres, mujeres y niños. Víctimas de todo tipo de violencia. Y después de eso, muchos más. La cifra alcanzó varios millones. En la guerra, lo único que nos queda es la contabilidad. Comparar las cifras. Con frecuencia las cifras. ¿Por qué crees que el poder les protege? ¿Por qué crees que invierte dinero para proteger sus cuerpos? El poder protege sus cuerpos porque vosotros sois una fuerza productiva. Y prolongan la duración de sus vidas para que sigan consumiendo lo que han producido. No les protegen a vosotros por ningún otro motivo que no sea ese. No se han librado de los terroristas por ninguna otra razón. No han aniquilado a millones de inocentes por ninguna otra razón. Es una amenaza mercantil. La existencia humana tiene un valor industrial. Buscan su fuerza, su utilidad, su docilidad. Lo buscan en un cuerpo que no es más que un asiento de necesidades y deseos. Vosotros sois hombres económicos. Muñecos políticos. Cuerpos dóciles. Su cuerpo es un simple objeto de intervención política. Debes congelar los restos. Así son las cosas. Un descuido. Un accidente.

Estados Unidos se apresuró a enviar a sus muchachos, con sus rostros inmaduros y sus culos suaves, a la Segunda Guerra Mundial para poner orden entre las gentes. ¿Quién iba a decirle a la nación que sus soldaditos eran tan sucios como los comunistas o los maricones? Los soldados estadounidenses, al igual que los europeos, tanto aliados como enemigos, escucharon la llamada del Ano. Descubrieron, al mismo tiempo, la violencia de las granadas y el delicado tacto rectal de los palos. La guerra, sí, he dicho la guerra, daría lugar al nacimiento de las primeras comunidades homosexuales en Estados Unidos. La industria del porno es para la industria cultural y del espectáculo lo que el comercio de drogas ilegales es para la industria farmacéutica. Es hora de acabar con esta retórica revolucionaria sin sentido, de no poner el marxismo donde debería estar la boca. Carne es asesinato. La carne es una forma increíblemente abusiva de producir alimentos. Para producir 1 kg de carne se necesita una media de 10 kg de proteínas vegetales. En cambio, estas proteínas podrían distribuirse directamente a la población. Esto lleva al hambre, porque la gente del sucio y capitalista Occidente utiliza la mayor parte de la cosecha del mundo para dársela a su ganado en los mataderos. Y como los países occidentales son tan poderosos, pueden insistir en que en los países más pobres se produzcan alimentos para la subsistencia de Occidente, cuando podrían producir para ellos mismos. El siglo XX fue testigo de algunos de los experimentos médico-científicos más brutales y poco éticos que se han realizado en toda la historia, la mayoría de ellos destinados a mejorar las técnicas de guerra. Es imposible separar esta truculenta investigación de la realizada en el ámbito de la mejora de la salud. Todo estudio clínico de un nuevo medicamento debe pasar por cuatro o cinco fases, numeradas del cero al cuatro. Y antes de llegar a eso, los estudios preclínicos, realizados en cultivos de laboratorio y en animales (in vitro e in vivo, respectivamente), tienen que haber demostrado que la sustancia puede producir realmente algunos de los efectos deseados. Sólo entonces comienza el estudio con humanos. De todas las cosas perversas que genera el avance de la ciencia médica, impulsado por la industria farmacéutica, ninguna es más aterradora que la práctica de inventar enfermedades inexistentes. En una sociedad cada vez más obsesionada con la salud y el bienestar, somos un caldo de cultivo para este tipo de actitudes, que convierten las pequeñas fluctuaciones del rico y variado espectro humano en anomalías que hay que tratar y combatir. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades. La industria farmacéutica amplía los diagnósticos e inventa nuevas enfermedades.

(Fragmento de Go Go Bruce)