ESCENA 16
Voz de Cate y de Doña Santa.
Cate: ¡Buenas noches, madre!
Doña Santa: ¡Buenas noches, hijo!
Cate sueña con Yawê, los dos bailan y juegan al pillapilla.
Cate: Yawê, ven aquí. ¿Vamos a jugar? Vamos a jugar al pillapilla.
Yawê: ¡Vamos!
Canción 07: Quando a saudade vier –Para cuando sientas añoranza–
Yawê: Cuando te sientas triste
Sólo tienes que llamarme
Con un abrazo de amigo
Te voy a consolar.
Cate: Cuando sientas añoranza
Y no te permitas sonreír
Sólo tienes que llamarme
Y yo estaré aquí.
Los dos: Sólo tienes que llamarme
Y yo estaré aquí.
Cate: Es muy bueno tenerte cerca.
Yawê: Eres como un hermano para mí.
Cate: ¿Por qué tu madre no te dio un hermanito?
Yawê: Supongo que no hubo suficiente tiempo. Decía que sólo después de cuatro años. Cuando ya fuera un niño grande. Siempre estaba pendiente de mí. Pero no tuvo tiempo de verme crecer.
Cate: La mía tampoco.
Yawê: Has hecho que mi añoranza sea mucho menor. Me siento protegido.
Cate: Soy tu guardaespaldas y no dejaré que te pase nada. Pero ahora, será mejor que entres, o será demasiado tarde.
Yawê: Así es.
Cate: Mañana jugaremos más, bueno porque ya somos grandes amigos.
Yawê: Así es.
Cate: Buenas noches, Yawê.
Yawê: Buenas noches. Cate, ¡que ha sido muy divertido jugar contigo!
Cate: Yo también disfruté mucho jugando contigo, adiós.
Yawê: Adiós.
ESCENA 17
Frente a la casa de Doña Santa.
Sr. Duca: Oye Santa, ¿dónde está Cate? No he visto a ese chico hasta ahora.
Doña Santa: Todos los días llega corriendo de la casa de la Doctora Brown, se mete unos cuantos bocados en la boca y se va al colegio. No puedo esperar a ver a este chico graduarse, Sr. Duca.
Sr. Duca: ¡Y yo también! ¿Está aprendiendo mucho junto a la Doctora?
Doña Santa: ¡Lo veo muy motivado! Habla de la necesidad de no matar a los manatíes, de eso de la ciudad científica, donde los científicos estudian formas de mejorar nuestra vida y la de los animales de aquí. ¿Sabes que creo que esta Doctora tiene razón? Después de todo, casi no quedan manatíes.
Entra Cate.
Cate: Bendito seas, abuelo, bendito seas, mamá. Abuelo, hoy he aprendido muchas cosas con la Doctora Brown. Dice que debemos buscar soluciones para sobrevivir en la naturaleza, sin dañarla. De lo contrario, todo se extinguirá, como le ocurrió a la vaca de Steller.
Sr. Duca: ¿Qué vaca de quién, muchacho?
Cate: De Steller, abuelo.
Doña Santa: (Dirigiéndose a Cate.) Ahí tienes. Has tenido un día muy ocupado. Ahora es el momento de...
Cate: Ya lo sé: bañarse, cenar, lavarse los dientes y dormir, ¿no es así?
Doña Santa: (Riéndose.) Así es.
Sr. Duca: Y voy a arreglarme para la reunión de pescadores con la Doctora Brown. Tenemos que decidir qué hacer.
Doña Santa: Voy a ver si Cate está dormido.
ESCENA 18
En el bosque.
Doña Serpiente: ¿Dónde están todos? Ah, Doña Lechuza, usted está ahí, siempre en tiempo...
Doña Anta: Os he convocado a esta reunión para decidir qué vamos a hacer.
Doña Serpiente: Y tenemos que decidir rápido. No podemos perder el tiempo.
Doña Anta: Entonces, Jara y Pira, ¿encontraron a Yawê?
Jara: Todavía no.
Pira: Está tan contento con la amistad de Cate que no se da cuenta de lo peligroso que es.
Doña Anta: Tenemos que encontrarlo lo antes posible, antes que...
Un disparo. Entra el cazador.
ESCENA 19
Canción 08: Instrumental cazador
Cazador: ¡Manatí! ¡Ven aquí! Tengo una sorpresa para ti. Compruébalo. manatí, ¿dónde estás?
Los animales hablan entre ellos.
Doña Anta: Quédate donde estás, Yawê. No vengas ahora, por favor.
Cazador: ¿Manatí? Ven aquí.
Doña Anta: Ahora no, Yawê. Ahora no.
Cazador: Vamos. ¿Quieres ir con mamá?
Manatí aparece.
Yawê: ¿Mamá?
Cazador: ¡Ah, ahora te tengo, manatí!
Yawê: ¡Ayuda!
Todos los animales: Huye, Yawê...
Cazador: No es mamá...
Yawê: ¡Ayuda!
Cazador: Ja, ja, ja... Pero vamos, mientras no haya caza, ve tú mismo.
Yawê: ¡Ayúdame!
Cazador: En otra ocasión, volveré por algo mejor.
Yawê: ¡Ayúdenme, por favor!
El cazador se va con el manatí y los animales observan impotentes y tristes.
(Fragmento de Yawê o pequeno peixe-boi –Yawê el pequeño manatí–, escrito junto a Paulo Queiroz, inspirado en el libro Órfãos das águas –Huérfanos de las aguas–, de Wilson Nogueira)