Maria Shu es dramaturga, guionista y profesora, con una importante producción reconocida en Brasil y en el extranjero, siendo sus textos leídos y representados en países como Portugal, Cabo Verde, Suecia y Francia. Estudió Dramaturgia en la SP Escola de Teatro y Guion en la Academia Internacional de Cinema, además de ser licenciada en Filología y Literatura, con postgrado en Lengua Portuguesa.
Es autora de obras como Ar rarefeito –Aire enrarecido–, ganadora del concurso Dramaturgia Femenina: Premio Heleny Guariba (2014) de la Cooperativa Paulista de Teatro; Cabaret Stravaganza (2011-2013); Relógios de Areia –Relojes de arena–; Epifanía (2017); Gis (2013-2016) y Quando eu morrer, vou contar tudo a Deus –Cuando me muera, se lo contaré todo a Dios– (2019), esta última dirigida al público infantil.
Una de sus primeras obras, Cabaret Stravaganza (2011-2013), explora el concepto de humanidad expandida, poniendo en cuestión la relación entre el ser humano y la tecnología. En Gis (2013-2016), la autora aborda la relación entre una profesora (Gis/Gislaine) de una escuela complementaria nocturna y su alumno Adão, un albañil, revelando cómo su relación culminó en un acto de violencia. Para Gis [nota de traducción: en portugués, “giz”, con zeta, también significa tiza, de modo a crear un juego entre el apodo de la profesora y una de sus herramientas de trabajo], la enseñanza fue pintada por su madre como algo blanco, marcado por el polvo de la tiza, pero que, en la práctica, resulta ser gris, mientras que para Adão, la vida ya era gris, marcada por el polvo de las obras. Maria Shu aborda cuestiones sobre el deseo y el hambre, en una paradoja entre la supervivencia y el deseo de vivir.
En Epifanía (2017), la autora juega con un diálogo entre Macabea (personaje del libro La hora de la estrella) y su autora, Clarice Lispector, revelando diversas cuestiones del universo femenino. Por otro lado, Quando eu morrer, vou contar tudo a Deus –Cuando me muera, se lo contaré todo a Dios– (2018) es una obra dirigida a los niños y basada en hechos reales. La obra cuenta la historia de Abou, un niño africano que emigró a Europa en una maleta y fue encontrado por la policía en los rayos X de la inmigración. La maleta, Ilê, es la compañera de Abou, su amiga, la mascota que nunca tuvo. Con Ilê inventa historias y encuentra formas de superar el miedo y enfrentarse a las duras realidades que se le presentan. Con una narrativa atractiva, Maria Shu cuenta esta historia sobre la inmigración, la injusticia social y la esperanza, planteando cuestiones que rodean la vida de miles de niños inmigrantes dispersos por todo el mundo. La obra fue estrenada en 2019 por el colectivo O Bonde, formado por artistas procedentes de la Escuela Libre de Teatro de Santo André.
“Érase una vez un niño con piernas y brazos hechos de ramas finas, que alguien talló, pero no imaginó que se quedaría con hambre. Érase una vez un niño llamado Tumbu, que permaneció durante días dentro de un navío apestoso para ser esclavizado en otro país. Érase una vez yo, Abou, un chico refugiado a un paso de una nueva vida. Las historias son siempre sagradas y la parte más emocionante de mi historia está a punto de suceder en cualquier momento. La maleta está cerrada. Oscuridad”. (Quando eu morrer, vou contar tudo a Deus –Cuando me muera, se lo contaré todo a Dios–)
En Relógios de Areia –Relojes de arena– (2019), la autora retoma la fábula bíblica de Jonás y la ballena para hablar de una guerra urbana: la guerra del tráfico, la inseguridad y la injusticia social. Trata de la fuerza y la amenaza policial, introduciendo en Jonás la figura de la “mula” del narcotráfico. Escribe inspirada por un reportaje que vio en la televisión: “El reportaje les mostraba tragando cápsulas, a veces en cantidades absurdas. Verlo me provocaba muchas ganas de vomitar y me ponía realmente muy molesta, así que sentí que tenía que escribir sobre ello. Mi primera idea era crear una obra de teatro a la manera tradicional, pero me di cuenta de que este lenguaje no podría cumplir mis anhelos”, dice Maria Shu. La dramaturga utiliza la poesía, las citas, las metáforas bíblicas, la denuncia social y las estructuras concretistas, teniendo un carácter de crónica casi documental, mezclado con diálogos y elementos rapsódicos. Mezcla lo épico, lo lírico y lo dramático, caracterizado por la forma abierta que se aproxima a la óptica de un texto pictórico, ya que hace uso de la arquitectura lingüística y del diagrama como elementos de composición.
En esta pieza, hay una voz que se despliega en varias: la voz de la autora, que se dibuja, pues, como un principio central, reuniendo negritas, cursivas, mayúsculas, confesiones, exposiciones, personajes, figuraciones y transfiguraciones. También hace relieve en los elementos antropofágicos presentes en el texto, en el acto de tragar: “Sólo tengo miedo de morir en la playa después de tragarme el mar”, dice Jonás, el profeta, que en la obra de Shu juega con el destino al tragar sal y no cocaína, planteando imágenes de navegación, inmigración, matanza, conservación, transfigurando la idea de una mula del narcotráfico, detenida por la policía. También trata temas sociales, como la maternidad subrogada (o vientre de alquiler), los accidentes laborales y la necesidad de supervivencia.
“¿Qué se hace con un brazo izquierdo que se desprende en medio de un turno? Bueno, lo sustituyes por un brazo derecho porque el hambre del navío continúa. Además, ¿de qué sirve un brazo izquierdo?” (Jonas, en Relógios de Areia –Relojes de arena–).
Siguiendo en la línea de un teatro comprometido con los temas sociales, Shu construye en su monólogo Leoa na Baia –Leona en la bahía– (2019-2020) una situación en la que una mujer negra sufre violencia en su entorno laboral que intenta blanquearla. Estos abusos incluyen tratamientos para aclarar su piel, maquillaje para adelgazar la nariz y la boca, alisamiento del pelo y conversión religiosa. Al final, un grito de libertad de esta mujer, que clama por su autonomía y liberación del entorno racista en el que está inserta. Como mujer negra, la dramaturga reflexiona sobre las situaciones de racismo y machismo que sufren las mujeres negras, buscando un empoderamiento colectivo que surja de las transformaciones individuales.
Como guionista, firma dos episodios de la serie Onisciente –Omnisciente–, disponible en la plataforma Netflix, además de formar parte de la sala de guiones de la serie Irmandade –Hermandad–, de Pedro Morelli. También es autora del cortometraje Sobre Alices, dirigido por Tide Gugliano, seleccionado para el Festival “Curta em casa”, del Instituto Criar de Cinema e Novas Mídias de SpCine (2020).
(Camila Bauer)