Isis Baião, nacida en el estado de Minas Gerais, se formó como periodista en Río de Janeiro, donde comenzó su carrera en las artes y, concretamente, en el teatro, trabajando en la televisión, radio y revista. Tras asistir al curso impartido por Sérgio Brito, se interesó profundamente por el teatro y fue cuando empezó su trayectoria como guionista, escritora, profesora y dramaturga, oficio que comenzó con adaptaciones de obras literarias de Voltaire y Gabriel García Márquez. Modesta, afirma que, para escribir, coincide con João Cabral de Melo Neto, necesita mucha más transpiración que inspiración. A Ísis le mueve la pasión por el teatro, tanto en la escritura como en la puesta en escena de las obras. De vuelta a Teresina en 2014, sigue produciendo y ahora dirige talleres de formación de escritores para el teatro.
Sus primeros textos para el teatro fueron Maria Manchete Navalhada e catchup –María Manchete Navajada y kétchup– y el Instituto Naque de quedas e rolamentos –Instituto Naque de caídas y revolvimientos–, que fue la primera obra llevada a escena, con buena acogida de la crítica. Desde entonces, no ha parado y ha escrito una treintena de obras. Su escritura prioriza la refutación de lo establecido, cuestiona, denuncia, ironiza, provoca reflexiones. Para ella, el teatro tiene que perturbar, llevar al pensamiento crítico. Entre varias publicaciones, la colección titulada Teatro (in)Completo de Isis Baião reitera lo que ella afirma: la escritura ininterrumpida que exige toda una vida de trabajo.
Sus obras abordan temas diversos, una escritura elegante, cruelmente humorística, en el sentido de que, para ella, el humor debe llevar a la reflexión, a la crítica. De sus obras, destacamos: Clube do leque –Club del abanico–, a partir de historias escuchadas en la ciudad de Teresina; Essas mulheres –Estas mujeres–, un monólogo para tres actrices, que representan tres fases de la vida: juventud, madurez, vejez, vividas por el delirio, el humor, la locura del personaje She.
En Doces fragmentos de loucura –Dulces fragmentos de locura–, el personaje Eufrazia, ciega y temperamental, aficionada a la literatura, necesita una lectora a su lado y, aunque no puede ver, sigue y rige todo lo que ocurre en su casa; Frau Amalia Freud, madre de Sigmund Freud, habla de la dificultad de ser madre de un genio, ironiza sobre la situación comparándola con la Virgen María. Amalia (una madre para nada judía) dice que ser madre de un niño superdotado es una tarea poco gloriosa, porque ni siquiera la Virgen María se llevó bien con su hijo prodigio. De niño todo bien, pero creció, empezó a hablar y a hacer tanto por los necesitados, que acabaron considerándolo comunista y lo crucificaron. Aunque su hijo Sig no resucitó a nadie ni hizo milagros, se atribuye el mérito de casi todo lo que le ocurre a la gente, dijo Freud, Freud explica…
Así, trabajando con las relaciones humanas, Isis afirma que la dramaturgia es para ella una cuestión de supervivencia psicológica, es decir, la necesidad de hablar de temas aún ignorados por la sociedad en general. Sus temas impregnan las relaciones subjetivas, los conflictos demasiado humanos, las angustias, las injusticias, los cuestionamientos tejidos de tal manera, que no hay forma de leer-ver sus obras sin detenerse a pensar en ellos. Entre sus muchas obras, Essas mulheres –Estas mujeres–, presenta tres delicadas fases en la vida de toda mujer: la infancia-juventud, la fase de la llegada al mundo, de los descubrimientos, los sueños, las ilusiones, las primeras pasiones y la búsqueda del otro; la madurez, en los intentos de conocerse a sí misma, de establecerse en la vida personal y profesional; la vejez, considerada habitualmente una fase de decadencia, a veces de abandono, que para Ísis es la fase del encuentro con la vida, con la libertad. La trama, que trata del paso de la infancia a la edad adulta, comienza con música infantil, luego la niña sangra, menstrúa, momento marcado por la alegría de la madre, que ve a su hija-mujer, este paso está marcado por otra canción de foxtrot de los años 50. La niña-mujer baila, alegremente, con un novio imaginario, advertida, sin embargo, por la madre: “¡She!, días de mucho, vísperas de nada”. Después, She experimentará la angustia de una mujer adulta.
Otro punto que destacar en la escritura de la autora, es la generosidad. Sus obras siguen la estructura de las obras clásicas, actos, escenas, descripción de los personajes, escenografía, rúbricas bien detalladas, para motivar a los que aún no tienen experiencia con los montajes. Esta es una de las características de muchas dramaturgas y dramaturgos veteranos, el deseo de transmitir enseñanzas y también animar a la gente a escribir obras, a ir al teatro, a estudiar. En las entrevistas, Ísis siempre destaca la necesidad del estudio, de la búsqueda constante, del ejercicio de la escritura. Mirar, escuchar a Ísis es asistir a la tranquilidad de alguien que vive con mucho amor y dedicación, que ejerce una escucha atenta, elabora lo que oye, ve, imagina, y lo traslada todo a las escenas, regalando al público, ¡amantes del teatro!
(Bene Martins)