francisco gick

Porto Alegre - RS

Fragmento Teatral

27. Parábasis

ACTOR QUE ESTÁ ACTUANDO COMO FOTÓGRAFO DE GUERRA –Yo fui fotógrafo de guerra. Él ahora se ha vuelto imposible. Se acerca a una hoguera que hay allí, sujeta la cámara por la correa y la lleva al fuego. Yo me detengo. Él sigue allí, iluminado por las llamas, con su cámara derritiendo lentamente y se queda mirando. Él ha renunciado a ser fotógrafo de guerra y ahora estoy sin personaje. Se acabó para mí. Todos somos, de alguna manera, exploradores de la muerte. Ya sabes esa sensación que tienes cuando miras el periódico y no entiendes muy bien, y te preguntas, ¿vivo en este lugar?, mientras las imágenes pasan por allí, helicóptero, incendio, soldado, coche de carreras, sin tener sentido. Hay algo que dice el hombre que espera el cadáver de su padre que me gusta, por cierto, se llama Sam... El mío es Luan, yo era el fotógrafo de guerra. Lo que dice, Sam, es que hay una veintena de guerras en el mundo, en veinte lugares diferentes del planeta la gente se está matando, hay cuarenta bandos, y no sé cuál es el nuestro... Y el fútbol, el pescado, la carne asada, los tanques, las bombas, los misiles y tú delante del televisor preguntándote cómo has llegado hasta aquí. Por eso, por esa sensación de falta de lugar frente a la inmensa confusión del mundo, decidimos hacer esto aquí, una obra de teatro, que es una tontería y no va a solucionar nada, pero es lo que conseguimos...

MADRE –¿Hijo?

HIJO –¿Mamá?


28. Cicatrices

HIJO –Mamá. Te he echado de menos.

HIJO –Yo, yo estaba... Madre, yo...

MADRE –Has ensuciado el suelo.

HIJO –Lo siento.

MADRE –Estás sucio.

HIJO –Me voy.

MADRE –Quédate.

HIJO –Vale.

MADRE –Recuerdo cuando eras muy pequeño, y antes, cuando ni siquiera existías y eras sólo algo que quería que sucediera. Y viniste y te sacaron de mí y te cortaron. Recuerdo cuando te resbalaste en el pasillo y te caíste y te golpeaste justo aquí, recuerdo la sangre. Recuerdo cuando corriste a abrazarme y una moto te atropelló y pensé que habías muerto, y el olor a quemado que yo sentía era justo de tu pierna que había rozado el tubo de escape de la moto. Recuerdo cuando le diste una patada a una caja de hierro en la calle y te colgó la planta del pie y llegaste a casa llorando, saltando sobre una pierna, chorreando sangre por toda la calle...

HIJO –No fui yo.

MADRE –Y cuando llamaron del colegio para decir que te habías roto un dedo con una viga de hierro, recuerdo tu dedito roto, eras así de grande, intentando no llorar.

HIJO –Te estás confundiendo de nuevo.

MADRE –Hijo, trae la regadera para mamá.

HIJO –Vale, ya me encargo yo.

MADRE –¡Hijo! ¡La regadera!

HIJO –Voy.

MADRE –Y un día recibí una carta junto con una cajita de madera. Y en la carta decías que te habían matado. Y que no había nada después, ni antes, ni nunca.

MADRE –Y ahora estoy aquí, un fantasma en medio del camino. Las cosas dejaron de tener sentido hace tiempo, a veces pienso que he muerto y que esto de aquí es la nada que hay después, pero luego recuerdo que simplemente me volví loca.

ITINERARIO 5 SÃO PAULO –Una hora y cuarenta minutos más tarde tú estás allí. São Paulo. Tomará el siguiente vuelo a Abu Dhabi, a las 22h20, un Airbus 340. Durante las dos horas y media que te quedan para el vuelo, vas a caminar de un lado a otro por la zona de llegadas internacionales, comprarás un chocolate. No estás aquí. Este lugar, la claridad, los cafés, las tiendas, el olor a perfume, este lugar no existe.


(Fragmento de Ramal 340… –Extensión 340…)



Francisco Gick es dramaturgo, director de teatro, actor y profesor de teatro. Es integrante del colectivo Errática.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

Francisco Gick es dramaturgo, director de teatro, profesor e investigador en el ámbito de la dramaturgia digital. Nacido en Quaraí, en el estado de Río Grande do Sul, es graduado en Teatro por la Universidad del Estado (UERGS) y es estudiante de maestría en Artes Escénicas en la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), en el área de Dramaturgia. 

Gran parte de la obra de Francisco Gick se crea en los procesos del grupo del que forma parte, el colectivo Errática, que actúa en Montenegro y Porto Alegre. El grupo, del que forman parte Jezebel De Carli, Guega Peixoto, Gustavo Dienstmann, Luan Silveira, Mani Torres y Nina Picoli, investiga un teatro performativo, donde la palabra es un signo que dialoga con los demás elementos de la puesta en escena. Sus textos mezclan el lenguaje poético con temas políticos, construyendo una estética propia y provocadora. Sus trabajos están marcados por la colaboración con los artistas de Errática, con los que desarrolla sus procedimientos metodológicos de investigación y escritura:

“Hay un proceso previo que es de una investigación en la que recopilo todo tipo de cosas que tienen que ver con lo que nos interesa explorar: cuentos, poemas, películas, obras de teatro, fragmentos de textos que he escrito antes, novelas, esculturas, pinturas, biografías de artistas, textos filosóficos, fotografías, como si fuera construyendo una especie de territorio. A partir de estos materiales, improvisamos mucho y, durante las improvisaciones, escribo en voz alta junto con las actrices y los actores durante los ensayos, al mismo tiempo que formulamos el movimiento, la imagen y la materialidad de la escena. Digo parcialmente una escritura escénica, porque para mí siempre hay un momento de autoría profundamente literaria, en el que desprendo el texto del proceso y opero una construcción por las exigencias e impulsos de la palabra escrita”. (Francisco Gick)

A grandes rasgos, las narrativas se van construyendo en la sala de ensayos, junto con el reparto y la dirección, estructurándose poco a poco como dramaturgia verbal y escénica. En este sentido, la obra de Gick se caracteriza por ser una dramaturgia construida en proceso, movida por los impulsos de un colectivo de artistas que formulan preguntas para ser respondidas estéticamente.     

“Por otro lado, siempre está esta operación sobre las palabras, porque hay una búsqueda mía, cada vez más, que es que las palabras llevan un cierto peligro, en su organización, en su sonoridad... Un poco como un campo de minas, una dramaturgia de campo de minas... quizás opuesta a una dramaturgia de drones, que supone un ojo de águila omnisciente... El peligro está ahí, pero hay que caminar por el campo y hay que pisar una mina para que todo salte por los aires...” (Francisco Gick)

Esta búsqueda se hace evidente cuando observamos sus obras. En Ramal 340: sobre a migração das sardinhas ou porque as pessoas vão simplemente embora –Extensión 340: sobre la migración de las sardinas o por qué las personas simplemente se van–, estrenada en 2015, vemos un tránsito entre actores, narraciones y personajes. Se nota la búsqueda del reparto, al mismo tiempo que hay una sofisticada y poética elección de vocabulario e intenciones. La obra, que surge de una investigación sobre las guerras, los conflictos y las migraciones en el mundo, habla de los tránsitos de la vida, de los cambios, encuentros y desencuentros, presentando seis historias de personas en tiempos y espacios diferentes, pero que se conectan por impulsos y deseos humanos, por reflexiones de carácter existencialista. 

Algo similar ocurre en Dispositivo-Gaivota –Dispositivo-Gaviota– (2017), una obra que retoma Chéjov para abordar cuestiones humanas existenciales que atraviesan el tiempo y el espacio, al tiempo que cuestiona el lugar del arte para quienes lo producen. La obra retrata las frustraciones, los miedos y los deseos inconclusos en relación con el arte, el amor y la vida de unos personajes que se mueven entre discursos directos e indirectos, líneas poéticas, diálogos y reverberaciones de la que es una de las obras más cuestionadoras del propio estatus del arte moderno: La Gaviota

Los textos de Francisco Gick ilustran un tipo de proceso creativo recurrente en la dramaturgia brasileña, que se basa en procesos de colaboración que retratan temas planteados por el colectivo de artistas involucrados. En este sentido, son obras que tratan temas relacionados con el amor, el afecto y el desamor, con el tiempo, con las angustias de la contemporaneidad, con el abandono, la soledad y la muerte. 

Francisco también escribió PLUGUE: un desvio imaginativo –PLUGUE: una desviación imaginativa– (2016), dirigida a los niños. En esta obra, un hilo se extiende por la ciudad, conectando a los habitantes de diferentes maneras. No se sabe de dónde viene, ni a dónde va: hay una desviación en la imaginación. 

En la actualidad, Gick investiga la dramaturgia digital y la escritura en diferentes tipos de plataformas. Así, Hipergaivota –Hiper gaviota– (2020) marca una fase importante en su trayectoria como dramaturgo y director de teatro, al estar diseñada para plataformas digitales. Su investigación de maestría también va en esta dirección, dialogando con la literatura digital, la programación y la escritura intermedia.

(Camila Bauer)



Francisco Gick es dramaturgo, director de teatro, actor y profesor de teatro. Es integrante del colectivo Errática.

Francisco Gick es dramaturgo, director de teatro, profesor e investigador en el ámbito de la dramaturgia digital. Nacido en Quaraí, en el estado de Río Grande do Sul, es graduado en Teatro por la Universidad del Estado (UERGS) y es estudiante de maestría en Artes Escénicas en la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), en el área de Dramaturgia. 

Gran parte de la obra de Francisco Gick se crea en los procesos del grupo del que forma parte, el colectivo Errática, que actúa en Montenegro y Porto Alegre. El grupo, del que forman parte Jezebel De Carli, Guega Peixoto, Gustavo Dienstmann, Luan Silveira, Mani Torres y Nina Picoli, investiga un teatro performativo, donde la palabra es un signo que dialoga con los demás elementos de la puesta en escena. Sus textos mezclan el lenguaje poético con temas políticos, construyendo una estética propia y provocadora. Sus trabajos están marcados por la colaboración con los artistas de Errática, con los que desarrolla sus procedimientos metodológicos de investigación y escritura:

“Hay un proceso previo que es de una investigación en la que recopilo todo tipo de cosas que tienen que ver con lo que nos interesa explorar: cuentos, poemas, películas, obras de teatro, fragmentos de textos que he escrito antes, novelas, esculturas, pinturas, biografías de artistas, textos filosóficos, fotografías, como si fuera construyendo una especie de territorio. A partir de estos materiales, improvisamos mucho y, durante las improvisaciones, escribo en voz alta junto con las actrices y los actores durante los ensayos, al mismo tiempo que formulamos el movimiento, la imagen y la materialidad de la escena. Digo parcialmente una escritura escénica, porque para mí siempre hay un momento de autoría profundamente literaria, en el que desprendo el texto del proceso y opero una construcción por las exigencias e impulsos de la palabra escrita”. (Francisco Gick)

A grandes rasgos, las narrativas se van construyendo en la sala de ensayos, junto con el reparto y la dirección, estructurándose poco a poco como dramaturgia verbal y escénica. En este sentido, la obra de Gick se caracteriza por ser una dramaturgia construida en proceso, movida por los impulsos de un colectivo de artistas que formulan preguntas para ser respondidas estéticamente.     

“Por otro lado, siempre está esta operación sobre las palabras, porque hay una búsqueda mía, cada vez más, que es que las palabras llevan un cierto peligro, en su organización, en su sonoridad... Un poco como un campo de minas, una dramaturgia de campo de minas... quizás opuesta a una dramaturgia de drones, que supone un ojo de águila omnisciente... El peligro está ahí, pero hay que caminar por el campo y hay que pisar una mina para que todo salte por los aires...” (Francisco Gick)

Esta búsqueda se hace evidente cuando observamos sus obras. En Ramal 340: sobre a migração das sardinhas ou porque as pessoas vão simplemente embora –Extensión 340: sobre la migración de las sardinas o por qué las personas simplemente se van–, estrenada en 2015, vemos un tránsito entre actores, narraciones y personajes. Se nota la búsqueda del reparto, al mismo tiempo que hay una sofisticada y poética elección de vocabulario e intenciones. La obra, que surge de una investigación sobre las guerras, los conflictos y las migraciones en el mundo, habla de los tránsitos de la vida, de los cambios, encuentros y desencuentros, presentando seis historias de personas en tiempos y espacios diferentes, pero que se conectan por impulsos y deseos humanos, por reflexiones de carácter existencialista. 

Algo similar ocurre en Dispositivo-Gaivota –Dispositivo-Gaviota– (2017), una obra que retoma Chéjov para abordar cuestiones humanas existenciales que atraviesan el tiempo y el espacio, al tiempo que cuestiona el lugar del arte para quienes lo producen. La obra retrata las frustraciones, los miedos y los deseos inconclusos en relación con el arte, el amor y la vida de unos personajes que se mueven entre discursos directos e indirectos, líneas poéticas, diálogos y reverberaciones de la que es una de las obras más cuestionadoras del propio estatus del arte moderno: La Gaviota

Los textos de Francisco Gick ilustran un tipo de proceso creativo recurrente en la dramaturgia brasileña, que se basa en procesos de colaboración que retratan temas planteados por el colectivo de artistas involucrados. En este sentido, son obras que tratan temas relacionados con el amor, el afecto y el desamor, con el tiempo, con las angustias de la contemporaneidad, con el abandono, la soledad y la muerte. 

Francisco también escribió PLUGUE: un desvio imaginativo –PLUGUE: una desviación imaginativa– (2016), dirigida a los niños. En esta obra, un hilo se extiende por la ciudad, conectando a los habitantes de diferentes maneras. No se sabe de dónde viene, ni a dónde va: hay una desviación en la imaginación. 

En la actualidad, Gick investiga la dramaturgia digital y la escritura en diferentes tipos de plataformas. Así, Hipergaivota –Hiper gaviota– (2020) marca una fase importante en su trayectoria como dramaturgo y director de teatro, al estar diseñada para plataformas digitales. Su investigación de maestría también va en esta dirección, dialogando con la literatura digital, la programación y la escritura intermedia.

(Camila Bauer)



27. Parábasis

ACTOR QUE ESTÁ ACTUANDO COMO FOTÓGRAFO DE GUERRA –Yo fui fotógrafo de guerra. Él ahora se ha vuelto imposible. Se acerca a una hoguera que hay allí, sujeta la cámara por la correa y la lleva al fuego. Yo me detengo. Él sigue allí, iluminado por las llamas, con su cámara derritiendo lentamente y se queda mirando. Él ha renunciado a ser fotógrafo de guerra y ahora estoy sin personaje. Se acabó para mí. Todos somos, de alguna manera, exploradores de la muerte. Ya sabes esa sensación que tienes cuando miras el periódico y no entiendes muy bien, y te preguntas, ¿vivo en este lugar?, mientras las imágenes pasan por allí, helicóptero, incendio, soldado, coche de carreras, sin tener sentido. Hay algo que dice el hombre que espera el cadáver de su padre que me gusta, por cierto, se llama Sam... El mío es Luan, yo era el fotógrafo de guerra. Lo que dice, Sam, es que hay una veintena de guerras en el mundo, en veinte lugares diferentes del planeta la gente se está matando, hay cuarenta bandos, y no sé cuál es el nuestro... Y el fútbol, el pescado, la carne asada, los tanques, las bombas, los misiles y tú delante del televisor preguntándote cómo has llegado hasta aquí. Por eso, por esa sensación de falta de lugar frente a la inmensa confusión del mundo, decidimos hacer esto aquí, una obra de teatro, que es una tontería y no va a solucionar nada, pero es lo que conseguimos...

MADRE –¿Hijo?

HIJO –¿Mamá?


28. Cicatrices

HIJO –Mamá. Te he echado de menos.

HIJO –Yo, yo estaba... Madre, yo...

MADRE –Has ensuciado el suelo.

HIJO –Lo siento.

MADRE –Estás sucio.

HIJO –Me voy.

MADRE –Quédate.

HIJO –Vale.

MADRE –Recuerdo cuando eras muy pequeño, y antes, cuando ni siquiera existías y eras sólo algo que quería que sucediera. Y viniste y te sacaron de mí y te cortaron. Recuerdo cuando te resbalaste en el pasillo y te caíste y te golpeaste justo aquí, recuerdo la sangre. Recuerdo cuando corriste a abrazarme y una moto te atropelló y pensé que habías muerto, y el olor a quemado que yo sentía era justo de tu pierna que había rozado el tubo de escape de la moto. Recuerdo cuando le diste una patada a una caja de hierro en la calle y te colgó la planta del pie y llegaste a casa llorando, saltando sobre una pierna, chorreando sangre por toda la calle...

HIJO –No fui yo.

MADRE –Y cuando llamaron del colegio para decir que te habías roto un dedo con una viga de hierro, recuerdo tu dedito roto, eras así de grande, intentando no llorar.

HIJO –Te estás confundiendo de nuevo.

MADRE –Hijo, trae la regadera para mamá.

HIJO –Vale, ya me encargo yo.

MADRE –¡Hijo! ¡La regadera!

HIJO –Voy.

MADRE –Y un día recibí una carta junto con una cajita de madera. Y en la carta decías que te habían matado. Y que no había nada después, ni antes, ni nunca.

MADRE –Y ahora estoy aquí, un fantasma en medio del camino. Las cosas dejaron de tener sentido hace tiempo, a veces pienso que he muerto y que esto de aquí es la nada que hay después, pero luego recuerdo que simplemente me volví loca.

ITINERARIO 5 SÃO PAULO –Una hora y cuarenta minutos más tarde tú estás allí. São Paulo. Tomará el siguiente vuelo a Abu Dhabi, a las 22h20, un Airbus 340. Durante las dos horas y media que te quedan para el vuelo, vas a caminar de un lado a otro por la zona de llegadas internacionales, comprarás un chocolate. No estás aquí. Este lugar, la claridad, los cafés, las tiendas, el olor a perfume, este lugar no existe.


(Fragmento de Ramal 340… –Extensión 340…)