ESCENA 01
TRANSAMAZÓNICA
EL CAMINO QUE LLEVA AL PARAÍSO
La invitación a la barbarie.
(OFF, coche acelerando. Sólo se abren los faros de la máquina, que aumentan según la intensidad de la aceleración. Detrás se proyecta una densa selva. Luz tenue sobre MADAMA y el JOVEN, ella tira de una cuerda desde la parte superior del coche, pareciendo un caballo manso de hojalata moderno. Estalla la música, FLORESTA DO AMAZONAS, de Heitor Villa-Lobos, en un deslumbrante encantamiento. El coche está parado, hay que crear una atmósfera que lleve al movimiento. MADAMA avanza por el camino perdido hacia la selva, bebiendo whisky y comiendo galletas de importación.)
MADAMA (en éxtasis)
Te llevaré al Edén, el paraíso perdido, mi amor.
En la BR, hacia lo desconocido. Transa la Amazónica.
Después de conocerte, enterré mi pasado.
¡pasado de mierda!
De la vieja calle AUGUSTA, cansada de la guerra, sólo te traigo a ti.
Mi bombón, mi gigante, mi amor.
Te daré un paraíso, y a cambio quiero ser amada.
(Cambio de tono, cercanía, intimidad.) Fotografía mis entrañas, anda.
Di que me quieres.
Un hombre grande, hambrón y devorador.
Acelera, venga. Pisa a fondo.
Vamos a 120 km por hora en la carretera.
Nos pusimos en marcha, dejé atrás a mis perras sexuales. Mis hijas.
Lo siento hijas, hijas mías. El caserón 102 en escombros,
lleno de fantasmas de putas viejas, destruidas.
Amigas infelices con vientres flojos.
(Agarra con locura.) No quiero perderte, quiero mantenerte lejos de los ojos lujuriosos de los
hombres y mujeres de la calle Augusta.
Eres mi propiedad, mi amor.
Ven conmigo, vamos de camino al paraíso verde.
The Road.
Aquí, bebe un poco de malta, bebida de malta a base de whisky.
Olvida tu pasado.
JOVEN
¿A dónde me llevas? Llevamos dos días de viaje y no veo
Ni señas de civilización. (Pausa.) Tengo miedo. Abrázame.
MADAMA (irónica)
Te saqué de las calles y te puse en una carretera.
Entre la calle y la carretera, parece que has subido de categoría, ¿o me equivoco?
Acelera, amado mío.
Avanza por el asfalto, supera tu miedo.
Quiero llegar al paraíso, correr desnuda sin que nadie me mire.
Lejos de los ojos arrugados de otras putas.
Putas infelices, abandonadas.
Te amo, mi lujo, mi poder.
JOVEN
Pelo largo, sucio.
Pintalabios borrados, rojo escarlata.
Les encantan las pistolas sexuales.
Les encanta la furia.
Les gusta que las engañen.
Te quiero, mi heroína.
Dependencia, de ti y de la heroína.
Pensé que todas las prostitutas debían ser llevadas un final de tarde de la mano de
la muerte.
Fría, con guirnaldas de flores del naranjo.
Cásate conmigo, en medio del paraíso.
MADAMA
¿Dónde está el paraíso? La carretera no tiene fin...
JOVEN
Pensé que lo sabías. (con violencia) ¿Adónde me llevas?
MADAMA (molesta)
¡Cualquier lugar es un paraíso!
LOS MILITARES están en las calles, lo invaden todo, les rompen la cara a las putas, follar está prohibido... El mes pasado, dos chicas salieron con militares y no volvieron jamás.
Después de una semana, se oían gritos terribles en el caserón... Acelera, pisar a fondo el acelerador, escupe gasolina en el vientre de este tanque de combustible, sube la velocidad de este caballo de metal, máquina mortal.
JOVEN
Estamos a 120 km por hora, el motor está caliente, sale humo del vientre de nuestro caballo de metal.
MADAMA
Pasa por mis ojos, ojos lejanos y penetrantes.
Águila moderna, ve más allá de lo que la vista puede alcanzar.
¿Qué veo?
¿Una selva, un paraíso o un infierno?
¿Dónde estamos?
El tiempo parece haberse detenido, ¿es este el fin o el principio del mundo?
¿Dónde estamos?
¿Brujos? ¿Fantasmas? ¿Hay alguien ahí?
(Fragmento de A estrada –La carretera–)