douglas rodrigues

Manaus - AM

Fragmento Teatral

ESCENA 01

TRANSAMAZÓNICA

EL CAMINO QUE LLEVA AL PARAÍSO

La invitación a la barbarie.

(OFF, coche acelerando. Sólo se abren los faros de la máquina, que aumentan según la intensidad de la aceleración. Detrás se proyecta una densa selva. Luz tenue sobre MADAMA y el JOVEN, ella tira de una cuerda desde la parte superior del coche, pareciendo un caballo manso de hojalata moderno. Estalla la música, FLORESTA DO AMAZONAS, de Heitor Villa-Lobos, en un deslumbrante encantamiento. El coche está parado, hay que crear una atmósfera que lleve al movimiento. MADAMA avanza por el camino perdido hacia la selva, bebiendo whisky y comiendo galletas de importación.)


MADAMA (en éxtasis)

Te llevaré al Edén, el paraíso perdido, mi amor.

En la BR, hacia lo desconocido. Transa la Amazónica.

Después de conocerte, enterré mi pasado.

¡pasado de mierda!

De la vieja calle AUGUSTA, cansada de la guerra, sólo te traigo a ti.

Mi bombón, mi gigante, mi amor.

Te daré un paraíso, y a cambio quiero ser amada.


(Cambio de tono, cercanía, intimidad.) Fotografía mis entrañas, anda.


Di que me quieres.

Un hombre grande, hambrón y devorador.

Acelera, venga. Pisa a fondo.

Vamos a 120 km por hora en la carretera.

Nos pusimos en marcha, dejé atrás a mis perras sexuales. Mis hijas.

Lo siento hijas, hijas mías. El caserón 102 en escombros,

lleno de fantasmas de putas viejas, destruidas. 

Amigas infelices con vientres flojos. 


(Agarra con locura.) No quiero perderte, quiero mantenerte lejos de los ojos lujuriosos de los

hombres y mujeres de la calle Augusta.

Eres mi propiedad, mi amor.

Ven conmigo, vamos de camino al paraíso verde.

The Road.

Aquí, bebe un poco de malta, bebida de malta a base de whisky.

Olvida tu pasado.


JOVEN

¿A dónde me llevas? Llevamos dos días de viaje y no veo 

Ni señas de civilización. (Pausa.) Tengo miedo. Abrázame.


MADAMA (irónica) 

Te saqué de las calles y te puse en una carretera.

Entre la calle y la carretera, parece que has subido de categoría, ¿o me equivoco?

Acelera, amado mío.

Avanza por el asfalto, supera tu miedo.

Quiero llegar al paraíso, correr desnuda sin que nadie me mire.

Lejos de los ojos arrugados de otras putas.

Putas infelices, abandonadas.

Te amo, mi lujo, mi poder.


JOVEN

Pelo largo, sucio.

Pintalabios borrados, rojo escarlata.

Les encantan las pistolas sexuales.

Les encanta la furia.

Les gusta que las engañen.

Te quiero, mi heroína.

Dependencia, de ti y de la heroína.

Pensé que todas las prostitutas debían ser llevadas un final de tarde de la mano de

la muerte.

Fría, con guirnaldas de flores del naranjo.

Cásate conmigo, en medio del paraíso.


MADAMA

¿Dónde está el paraíso? La carretera no tiene fin...


JOVEN

Pensé que lo sabías. (con violencia) ¿Adónde me llevas?


MADAMA (molesta) 

¡Cualquier lugar es un paraíso!

LOS MILITARES están en las calles, lo invaden todo, les rompen la cara a las putas, follar está prohibido... El mes pasado, dos chicas salieron con militares y no volvieron jamás.

Después de una semana, se oían gritos terribles en el caserón... Acelera, pisar a fondo el acelerador, escupe gasolina en el vientre de este tanque de combustible, sube la velocidad de este caballo de metal, máquina mortal.


JOVEN

Estamos a 120 km por hora, el motor está caliente, sale humo del vientre de nuestro caballo de metal.


MADAMA

Pasa por mis ojos, ojos lejanos y penetrantes.

Águila moderna, ve más allá de lo que la vista puede alcanzar.

¿Qué veo?

¿Una selva, un paraíso o un infierno?

¿Dónde estamos?

El tiempo parece haberse detenido, ¿es este el fin o el principio del mundo?

¿Dónde estamos?

¿Brujos? ¿Fantasmas? ¿Hay alguien ahí?


(Fragmento de A estrada –La carretera–)


Douglas Rodrigues es director de teatro, escenógrafo, diseñador de luces y dramaturgo. Es director artístico de la Asociación de Artistas Escénicos del Amazonas –ARTE&FATO–.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

El dramaturgo Douglas Rodrigues lanzó en 2014 la trilogía O outro entre nós –El otro entre nosotros–, que representó a la región Norte en el Festival Brasil Regional de São Paulo y Río de Janeiro y abrió la ceremonia del XI Circuito de Teatro Portugués, representando a Brasil junto a otros 20 países de habla portuguesa. La trilogía fue publicada en 2021 por el Ayuntamiento de Manaus. Compuesta por los textos A estrada, Flecha borboleta y Casa d'água –La carretera; Flecha mariposa y Casa de agua–, aún inéditos en los escenarios, la obra aborda los hechos históricos ocurridos entre los años 50 y 70 en la región amazónica y las transformaciones sociales resultantes. A estrada –La carretera–, escrita en 2014, es una tragedia basada en los relatos reales de los supervivientes de la masacre en la aldea waimiri-atroari durante la construcción de la carretera BR-174 (entre las ciudades de Manaus y Boa Vista), en plena dictadura militar en Brasil. El texto épico de la selva Flecha borboleta –Flecha Mariposa–, por su parte, escrito en 2017, se inspira en la ópera Madama Buterfly, de Giacomo Puccini, y narra las peligrosas consecuencias del amor entre una india arquera y un expedicionario americano, dialogando con la masacre de Haximu, juzgada por la justicia brasileña en la que los acusados fueron condenados por genocidio. Por último, el drama inédito Casa d'água –Casa de agua–, fue escrito para el cine y cuenta la historia de una casa que flota en la histórica crecida del río Amazonas en 1954, con una hija, una madre y un hombre atrapados por el frío y la humedad.

Douglas Rodrigues transita en su investigación por las historias de los habitantes del Amazonas y la desintegración de la identidad étnica y cultural de la región. Temas como el progreso, la barbarie, las batallas entre indios e invasores, la violencia, la otredad, los choques culturales y los abusos sexuales son planteados y desarrollados en sus obras. “Mi obra es un poco de mí en este vacío desgarrador, viendo cómo cambia la ciudad, abandonando mis raíces”. 

Douglas cree que la dramaturgia, el arte de crear argumentos, diálogos y personajes, es una excursión en solitario. Busca inspiración en la ironía y el menosprecio de Nelson Rodrigues y en el retrato del submundo de Plínio Marcos, autores eternamente contemporáneos desde su punto de vista [nota de traducción: Nelson Rodrigues (1912-1980) fue un gran dramaturgo, narrador y cronista brasileño identificado con la ciudad del Río de Janeiro. Su prosa evoca los barrios donde convivían los suegros con sus yernos y nueras; los distintos primos, las tías. Barrios con una cierta “fenomenología del espacio” dividida en capítulos de pura emoción: los velorios de la cuadra, concurridísimos; las solterías en vías de perpetuarse y, sobre todo, los escándalos de familia que ganaban la calle, especialmente las infidelidades y los celos, no sólo fue un gran renovador de la dramaturgia, sino también uno de los narradores más populares y más leídos de Brasil. Plínio Marcos (1935-1999) fue un autor y renovador de los estándares dramatúrgicos brasileños, a través del enfoque casi naturalista que imprime a los diálogos y situaciones, siempre cortantes y cargados de jergas de los personajes de los estratos sociales periféricos, convierte el escenario, a partir de los años sesenta, en una feroz arena de lucha entre individuos en situaciones de subdesarrollo].

Para él, la dramaturgia debe revelar las caras de Brasil, sus distintos lenguajes, historias y verdades. El papel y el deber del dramaturgo no es siempre narrar hechos “reales”, sino revelar lo “real imperceptible” de la sociedad. Además de Nelson Rodrigues y Plínio Marcos, el alemán Bertold Brecht es también una de sus principales referencias, junto con Francisco Carlos, un artista nacido en el interior de Amazonas, recientemente fallecido, y el único del estado nominado al Premio Shell por escribir la obra Amantes da catedral bêbada –Los amantes de la catedral borracha–. Nombres como Ivam Cabral, Rodolfo García, Alexandra Dal Farra, Silvia Gomes y Newton Moreno son también una inspiración para el autor, sobre todo porque producen obras que no se limitan al entretenimiento de su público, sino que se aventuran en estructuras para nada cartesianas, que les permiten trasladarse por una multiplicidad de temas. 

Para el autor, que durante los años de la pandemia de Covid-19 realizó importantes trabajos, como el proyecto Escénicas: Estudio de Repertorio, la dramaturgia es la mirada de un artista sobre la sociedad: siempre comienza con la voluntad de decir algo y siempre termina con “lo que quiero transmitir al espectador”. Su trabajo comienza con una enorme voluntad de producir arte y termina en el corazón del público. Los que conocen el teatro saben de su carácter efímero, que termina cuando se cierran los telones. Cuando está “bien hecho”, se tatúa en el alma.

(Gorete Lima)


Douglas Rodrigues es director de teatro, escenógrafo, diseñador de luces y dramaturgo. Es director artístico de la Asociación de Artistas Escénicos del Amazonas –ARTE&FATO–.

El dramaturgo Douglas Rodrigues lanzó en 2014 la trilogía O outro entre nós –El otro entre nosotros–, que representó a la región Norte en el Festival Brasil Regional de São Paulo y Río de Janeiro y abrió la ceremonia del XI Circuito de Teatro Portugués, representando a Brasil junto a otros 20 países de habla portuguesa. La trilogía fue publicada en 2021 por el Ayuntamiento de Manaus. Compuesta por los textos A estrada, Flecha borboleta y Casa d'água –La carretera; Flecha mariposa y Casa de agua–, aún inéditos en los escenarios, la obra aborda los hechos históricos ocurridos entre los años 50 y 70 en la región amazónica y las transformaciones sociales resultantes. A estrada –La carretera–, escrita en 2014, es una tragedia basada en los relatos reales de los supervivientes de la masacre en la aldea waimiri-atroari durante la construcción de la carretera BR-174 (entre las ciudades de Manaus y Boa Vista), en plena dictadura militar en Brasil. El texto épico de la selva Flecha borboleta –Flecha Mariposa–, por su parte, escrito en 2017, se inspira en la ópera Madama Buterfly, de Giacomo Puccini, y narra las peligrosas consecuencias del amor entre una india arquera y un expedicionario americano, dialogando con la masacre de Haximu, juzgada por la justicia brasileña en la que los acusados fueron condenados por genocidio. Por último, el drama inédito Casa d'água –Casa de agua–, fue escrito para el cine y cuenta la historia de una casa que flota en la histórica crecida del río Amazonas en 1954, con una hija, una madre y un hombre atrapados por el frío y la humedad.

Douglas Rodrigues transita en su investigación por las historias de los habitantes del Amazonas y la desintegración de la identidad étnica y cultural de la región. Temas como el progreso, la barbarie, las batallas entre indios e invasores, la violencia, la otredad, los choques culturales y los abusos sexuales son planteados y desarrollados en sus obras. “Mi obra es un poco de mí en este vacío desgarrador, viendo cómo cambia la ciudad, abandonando mis raíces”. 

Douglas cree que la dramaturgia, el arte de crear argumentos, diálogos y personajes, es una excursión en solitario. Busca inspiración en la ironía y el menosprecio de Nelson Rodrigues y en el retrato del submundo de Plínio Marcos, autores eternamente contemporáneos desde su punto de vista [nota de traducción: Nelson Rodrigues (1912-1980) fue un gran dramaturgo, narrador y cronista brasileño identificado con la ciudad del Río de Janeiro. Su prosa evoca los barrios donde convivían los suegros con sus yernos y nueras; los distintos primos, las tías. Barrios con una cierta “fenomenología del espacio” dividida en capítulos de pura emoción: los velorios de la cuadra, concurridísimos; las solterías en vías de perpetuarse y, sobre todo, los escándalos de familia que ganaban la calle, especialmente las infidelidades y los celos, no sólo fue un gran renovador de la dramaturgia, sino también uno de los narradores más populares y más leídos de Brasil. Plínio Marcos (1935-1999) fue un autor y renovador de los estándares dramatúrgicos brasileños, a través del enfoque casi naturalista que imprime a los diálogos y situaciones, siempre cortantes y cargados de jergas de los personajes de los estratos sociales periféricos, convierte el escenario, a partir de los años sesenta, en una feroz arena de lucha entre individuos en situaciones de subdesarrollo].

Para él, la dramaturgia debe revelar las caras de Brasil, sus distintos lenguajes, historias y verdades. El papel y el deber del dramaturgo no es siempre narrar hechos “reales”, sino revelar lo “real imperceptible” de la sociedad. Además de Nelson Rodrigues y Plínio Marcos, el alemán Bertold Brecht es también una de sus principales referencias, junto con Francisco Carlos, un artista nacido en el interior de Amazonas, recientemente fallecido, y el único del estado nominado al Premio Shell por escribir la obra Amantes da catedral bêbada –Los amantes de la catedral borracha–. Nombres como Ivam Cabral, Rodolfo García, Alexandra Dal Farra, Silvia Gomes y Newton Moreno son también una inspiración para el autor, sobre todo porque producen obras que no se limitan al entretenimiento de su público, sino que se aventuran en estructuras para nada cartesianas, que les permiten trasladarse por una multiplicidad de temas. 

Para el autor, que durante los años de la pandemia de Covid-19 realizó importantes trabajos, como el proyecto Escénicas: Estudio de Repertorio, la dramaturgia es la mirada de un artista sobre la sociedad: siempre comienza con la voluntad de decir algo y siempre termina con “lo que quiero transmitir al espectador”. Su trabajo comienza con una enorme voluntad de producir arte y termina en el corazón del público. Los que conocen el teatro saben de su carácter efímero, que termina cuando se cierran los telones. Cuando está “bien hecho”, se tatúa en el alma.

(Gorete Lima)


ESCENA 01

TRANSAMAZÓNICA

EL CAMINO QUE LLEVA AL PARAÍSO

La invitación a la barbarie.

(OFF, coche acelerando. Sólo se abren los faros de la máquina, que aumentan según la intensidad de la aceleración. Detrás se proyecta una densa selva. Luz tenue sobre MADAMA y el JOVEN, ella tira de una cuerda desde la parte superior del coche, pareciendo un caballo manso de hojalata moderno. Estalla la música, FLORESTA DO AMAZONAS, de Heitor Villa-Lobos, en un deslumbrante encantamiento. El coche está parado, hay que crear una atmósfera que lleve al movimiento. MADAMA avanza por el camino perdido hacia la selva, bebiendo whisky y comiendo galletas de importación.)


MADAMA (en éxtasis)

Te llevaré al Edén, el paraíso perdido, mi amor.

En la BR, hacia lo desconocido. Transa la Amazónica.

Después de conocerte, enterré mi pasado.

¡pasado de mierda!

De la vieja calle AUGUSTA, cansada de la guerra, sólo te traigo a ti.

Mi bombón, mi gigante, mi amor.

Te daré un paraíso, y a cambio quiero ser amada.


(Cambio de tono, cercanía, intimidad.) Fotografía mis entrañas, anda.


Di que me quieres.

Un hombre grande, hambrón y devorador.

Acelera, venga. Pisa a fondo.

Vamos a 120 km por hora en la carretera.

Nos pusimos en marcha, dejé atrás a mis perras sexuales. Mis hijas.

Lo siento hijas, hijas mías. El caserón 102 en escombros,

lleno de fantasmas de putas viejas, destruidas. 

Amigas infelices con vientres flojos. 


(Agarra con locura.) No quiero perderte, quiero mantenerte lejos de los ojos lujuriosos de los

hombres y mujeres de la calle Augusta.

Eres mi propiedad, mi amor.

Ven conmigo, vamos de camino al paraíso verde.

The Road.

Aquí, bebe un poco de malta, bebida de malta a base de whisky.

Olvida tu pasado.


JOVEN

¿A dónde me llevas? Llevamos dos días de viaje y no veo 

Ni señas de civilización. (Pausa.) Tengo miedo. Abrázame.


MADAMA (irónica) 

Te saqué de las calles y te puse en una carretera.

Entre la calle y la carretera, parece que has subido de categoría, ¿o me equivoco?

Acelera, amado mío.

Avanza por el asfalto, supera tu miedo.

Quiero llegar al paraíso, correr desnuda sin que nadie me mire.

Lejos de los ojos arrugados de otras putas.

Putas infelices, abandonadas.

Te amo, mi lujo, mi poder.


JOVEN

Pelo largo, sucio.

Pintalabios borrados, rojo escarlata.

Les encantan las pistolas sexuales.

Les encanta la furia.

Les gusta que las engañen.

Te quiero, mi heroína.

Dependencia, de ti y de la heroína.

Pensé que todas las prostitutas debían ser llevadas un final de tarde de la mano de

la muerte.

Fría, con guirnaldas de flores del naranjo.

Cásate conmigo, en medio del paraíso.


MADAMA

¿Dónde está el paraíso? La carretera no tiene fin...


JOVEN

Pensé que lo sabías. (con violencia) ¿Adónde me llevas?


MADAMA (molesta) 

¡Cualquier lugar es un paraíso!

LOS MILITARES están en las calles, lo invaden todo, les rompen la cara a las putas, follar está prohibido... El mes pasado, dos chicas salieron con militares y no volvieron jamás.

Después de una semana, se oían gritos terribles en el caserón... Acelera, pisar a fondo el acelerador, escupe gasolina en el vientre de este tanque de combustible, sube la velocidad de este caballo de metal, máquina mortal.


JOVEN

Estamos a 120 km por hora, el motor está caliente, sale humo del vientre de nuestro caballo de metal.


MADAMA

Pasa por mis ojos, ojos lejanos y penetrantes.

Águila moderna, ve más allá de lo que la vista puede alcanzar.

¿Qué veo?

¿Una selva, un paraíso o un infierno?

¿Dónde estamos?

El tiempo parece haberse detenido, ¿es este el fin o el principio del mundo?

¿Dónde estamos?

¿Brujos? ¿Fantasmas? ¿Hay alguien ahí?


(Fragmento de A estrada –La carretera–)