alexandre ribondi

Brasília - DF

Fragmento Teatral

(El Dr. se sienta en una caja, sin dejar la tetera).

Dr. –¿Es una especie de broma de esos jubilados que se sientan todo el día bajo el árbol de allí, cerca de ese tipo que vende fruta?

San –No, no. Por el amor de Dios, no creas que estoy tomando el pelo. Te lo digo muy en serio. Realmente lo soñé. Tres veces.

Dr. –¿Ellos te han pedido que vinieras aquí?

San –¿Pero por qué harían algo así?

Dr. –Porque es muy de ellos eso. Hay un hombre barrigón, que lleva ese caniche de juguete con el lacito en las orejas. Una persona así es capaz de todo.

San –¿Qué dices? No, no es así.

Dr. –Además, un día le arranqué al perro los lacitos de las orejas. Y no le gustó. La gente se apega demasiado a estos detalles y puede que se haya molestado. ¿Fue él?

San –No.

Dr. –Puede decir la verdad, no pasa nada. Si lo es, yo también me reiré y cerramos el tema.

San –Vas a pescar en el lago y allí morirás.

Dr. –¿Me estás siguiendo?

San –¿Yo?

Dr. –¿Cómo sabe que pesco junto al lago?

San –Mi sueño...

Dr. –Escúcheme, joven, la historia esta de sueño está muy mal contada. No puedo creer que un tipo de tu edad siga soñando con la vida de otras personas y luego... (Se pone la tetera en el muslo y se quema.) ¡Ayy!

San –Ay, Dios mío. Dios mío. El sueño comenzaba así, te estabas quemando con agua caliente. Todo el sueño tenía que ver con el agua. ¿Te has hecho daño?

Dr. (Buscando una pomada en las cajas.) Vete.

San –Pero...

Dr. –Váyase. Voy a morir. Luego me envías unas flores y ya está.

San –Disculpe, señor.

Dr. (Encuentra la pomada.) Muchas gracias por el mensaje. Ya me considero informado y muerto. Qué pase un buen día. 

San –No quería preocuparte, pero siempre vas a pescar por la mañana a la orilla del lago...

(El Dr. se detiene asustado. Pero reacciona. Pone la pomada sobre la piel quemada.)

Dr. –Genial. Eso es lo que necesitaba yo. Un vecino que me vigila y ve todo lo que hago.

San –Es que no te vigilo ni nada de eso. Puedo explicarlo mejor. He soñado y también he jugado a las cartas. Juego al tarot...

Dr. –¿Tarot?

San –Tarot Gitano. Jugué con toda mi energía hacia ti. Y la primera carta fue fatal. Lo confirmó todo. Y acepto lo que dicen las cartas, sin importar a quién le duela.

Dr. –Muchacho, ¿cómo te llamas?

San –Santiago.

(El Dr. se aleja, muy asustado.)

Dr. –Basta, eso es demasiado.

San –¿Qué?

Dr. –Sólo estás inventando historias. Ta te has cruzado la línea.

San –¿Qué pasa? No lo entiendo.

Dr. –¿Se llama usted Santiago?

San –Sí.

Dr. –¿Es realmente Santiago? ¿S-a-n-t-i-a-go?

San –Sí. Santiago.

Dr. –¡El mío también!

San –Eso no puede ser cierto. Pero, ¿es realmente Santiago, sin más?

Dr. –Santiago, efectivamente.

San –¿No con una Y en lugar de una I? ¿Con TH? Pero esto es muy fuerte. Tenemos que comprobar la numerología. Tal vez por eso soñaba tanto. Es decir, Santiago sueña con Santiago.

Dr. –Ostras, ahora lo entiendo. Tú eres el que va a morir. El Santiago marcado eres tú y se confundieron al enviar el mensaje.

San –¡No! He visto tu rostro. No pesco en el lago, no me despierto al amanecer, no tengo gato.


(Fragmento de A última vida de um gato –La última vida de un gato–)


Alexandre Ribondi es dramaturgo, director de teatro y actor. Es uno de los directores del Teatro Casa dos Quatros.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

Alexandre Ribondi nación en el estado de Espírito Santo pero vive en Brasilia desde finales de los años 60. Como la mayoría de los brasileños, que recibían el apodo de “candangos” y que vivían en esta ciudad en aquella época, vino de algún otro rincón del país en busca de oportunidades en la recién construida capital [nota de traducción: el término “candango” se refiere a 1. Nombre con el que los africanos llamaban a los colonos portugueses. 2. Trabajador de fuera de la región. 3. Nombre dado a los trabajadores que colaboraron en la construcción de Brasilia y que en su mayoría vinieron desde otros estados brasileños]. 

Su debut como dramaturgo tuvo lugar en 1979, con la producción de Filó brasiliense. La trayectoria de Ribondi, que también actúa y dirige, es pionera en la consolidación de la escena de una ciudad aún joven y en la constitución de la propia ciudad y sus simbologías, inscribiéndose en la misma generación que Hugo Rodas, Iara Pietricovsky, Guilherme Reis, Oswaldo Montenegro, Humberto Pedrancini, Lauro Nascimento, Murilo Eckhartd, Aloísio Batata, Fernando Villar, conocida como la generación “insistencialista”.

Su dramaturgia hace hincapié en el debate en torno a la representación de los múltiples aspectos de la cultura queer y, en cierto modo, por la forma en que se abordó este tema en el cambio de siglo en la capital brasileña. Durante el periodo del régimen militar, Ribondi formó parte del consejo de redacción del periódico alternativo Lampião y participó en el primer grupo gay organizado de Brasilia, Beijo Livre –Beso Libre–. En Grepe Suzette, o beijo da grapete (1981), que Ribondi escribió con Marcos Bagno todavía en el inicio de su carrera, su interés por poner en escena la diversidad sexual parecía convertirse en un aspecto recurrente en su obra, como veremos después en No verão de 62 –En el verano de 1962– (1986); O descobrimento de Américo –El descubrimiento de Américo– (1992); Virilhas –Ingles– (2007) y Sexo aos 60: se minhas rugas falassem –Sexo a los 60: si mis arrugas pudieran hablar– (2017). 

Gran parte de las obras de Ribondi son dirigidas por el propio autor y representadas de forma independiente en teatros comerciales de la ciudad. A través de diálogos y situaciones insólitas, con bromas rápidas y ácidas, su escritura transita espontáneamente entre el humor y la burla al abordar temas densos, como la muerte. En la narrativa de A última vida de um gato –La última vida de un gato–, por ejemplo, dos vecinos con el mismo nombre se encuentran en un contexto absurdo: uno de ellos sueña claramente, durante tres días seguidos, con la muerte del otro. El absurdo de la situación, reforzado por Ribondi en una intencionada composición de contrastes, engancha al espectador y le lleva al desenlace, revelando sutiles capas de los personajes en este proceso de conocimiento mutuo.

La puesta en escena del texto Cru –Crudo–, en 2009, materializa el giro en la producción de Ribondi hacia una atmósfera más introspectiva, en la que la imagen del encierro es recurrente, como ya pudimos ver en Virilhas –Ingle– (2007), configurando una nueva vertiente en su dramaturgia, caracterizada por el rescate de experiencias cotidianas y de personajes que viven en nuestro tiempo con relaciones complicadas llenas de conflictos, memorias y miedos del pasado. En Cru –Crudo– prevalecen los buenos diálogos y la consistente composición psicológica de los personajes Zé, Cunha y Frutinha. El entorno es hostil, al igual que la forma en que se relacionan entre sí. En la trama, el evangelista Zé busca al sicario Cunha para contratar sus servicios. No hay referencias geográficas, pero se sabe que la acción transcurre en una carnicería, un estado crudo de la violencia en un escaparate que podría estar en el borde de cualquier carretera de Brasil. El texto, que recibió el Premio SESC de Teatro Candango a la mejor obra dramática en 2010, también obtuvo una versión cinematográfica del mismo nombre dirigida por Jimi Figueiredo y protagonizada por los actores Chico Sant'Anna, Sérgio Sartório y Vinícius Ferreira, los mismos que actuaron en su versión original para el teatro.

La obra de Ribondi es voluminosa, con más de cuarenta textos escritos y puestos en escena en Brasil, y también en Portugal, Italia y Bolivia. Su producción entre los años 2010 y 2020 incluye también Uma ilha para três –Una isla para tres– (2015); Depois desse dia feliz –Después de aquel día feliz– (2016); Azul da Prússia –Azul de Prusia– (2017) y WC na Câmara dos Deputados –WC en la Cámara de Diputados– (2019). La actuación de Ribondi como actor y director en Brasilia crea el contexto para que su trabajo entre en contacto con varias generaciones de actores y actrices de la ciudad, haciendo evidente su relevancia en la formación y búsqueda de una identidad para Brasilia y para uno de los muchos teatros posibles en Brasilia.

(Glauber Coradesqui)


Alexandre Ribondi es dramaturgo, director de teatro y actor. Es uno de los directores del Teatro Casa dos Quatros.

Alexandre Ribondi nación en el estado de Espírito Santo pero vive en Brasilia desde finales de los años 60. Como la mayoría de los brasileños, que recibían el apodo de “candangos” y que vivían en esta ciudad en aquella época, vino de algún otro rincón del país en busca de oportunidades en la recién construida capital [nota de traducción: el término “candango” se refiere a 1. Nombre con el que los africanos llamaban a los colonos portugueses. 2. Trabajador de fuera de la región. 3. Nombre dado a los trabajadores que colaboraron en la construcción de Brasilia y que en su mayoría vinieron desde otros estados brasileños]. 

Su debut como dramaturgo tuvo lugar en 1979, con la producción de Filó brasiliense. La trayectoria de Ribondi, que también actúa y dirige, es pionera en la consolidación de la escena de una ciudad aún joven y en la constitución de la propia ciudad y sus simbologías, inscribiéndose en la misma generación que Hugo Rodas, Iara Pietricovsky, Guilherme Reis, Oswaldo Montenegro, Humberto Pedrancini, Lauro Nascimento, Murilo Eckhartd, Aloísio Batata, Fernando Villar, conocida como la generación “insistencialista”.

Su dramaturgia hace hincapié en el debate en torno a la representación de los múltiples aspectos de la cultura queer y, en cierto modo, por la forma en que se abordó este tema en el cambio de siglo en la capital brasileña. Durante el periodo del régimen militar, Ribondi formó parte del consejo de redacción del periódico alternativo Lampião y participó en el primer grupo gay organizado de Brasilia, Beijo Livre –Beso Libre–. En Grepe Suzette, o beijo da grapete (1981), que Ribondi escribió con Marcos Bagno todavía en el inicio de su carrera, su interés por poner en escena la diversidad sexual parecía convertirse en un aspecto recurrente en su obra, como veremos después en No verão de 62 –En el verano de 1962– (1986); O descobrimento de Américo –El descubrimiento de Américo– (1992); Virilhas –Ingles– (2007) y Sexo aos 60: se minhas rugas falassem –Sexo a los 60: si mis arrugas pudieran hablar– (2017). 

Gran parte de las obras de Ribondi son dirigidas por el propio autor y representadas de forma independiente en teatros comerciales de la ciudad. A través de diálogos y situaciones insólitas, con bromas rápidas y ácidas, su escritura transita espontáneamente entre el humor y la burla al abordar temas densos, como la muerte. En la narrativa de A última vida de um gato –La última vida de un gato–, por ejemplo, dos vecinos con el mismo nombre se encuentran en un contexto absurdo: uno de ellos sueña claramente, durante tres días seguidos, con la muerte del otro. El absurdo de la situación, reforzado por Ribondi en una intencionada composición de contrastes, engancha al espectador y le lleva al desenlace, revelando sutiles capas de los personajes en este proceso de conocimiento mutuo.

La puesta en escena del texto Cru –Crudo–, en 2009, materializa el giro en la producción de Ribondi hacia una atmósfera más introspectiva, en la que la imagen del encierro es recurrente, como ya pudimos ver en Virilhas –Ingle– (2007), configurando una nueva vertiente en su dramaturgia, caracterizada por el rescate de experiencias cotidianas y de personajes que viven en nuestro tiempo con relaciones complicadas llenas de conflictos, memorias y miedos del pasado. En Cru –Crudo– prevalecen los buenos diálogos y la consistente composición psicológica de los personajes Zé, Cunha y Frutinha. El entorno es hostil, al igual que la forma en que se relacionan entre sí. En la trama, el evangelista Zé busca al sicario Cunha para contratar sus servicios. No hay referencias geográficas, pero se sabe que la acción transcurre en una carnicería, un estado crudo de la violencia en un escaparate que podría estar en el borde de cualquier carretera de Brasil. El texto, que recibió el Premio SESC de Teatro Candango a la mejor obra dramática en 2010, también obtuvo una versión cinematográfica del mismo nombre dirigida por Jimi Figueiredo y protagonizada por los actores Chico Sant'Anna, Sérgio Sartório y Vinícius Ferreira, los mismos que actuaron en su versión original para el teatro.

La obra de Ribondi es voluminosa, con más de cuarenta textos escritos y puestos en escena en Brasil, y también en Portugal, Italia y Bolivia. Su producción entre los años 2010 y 2020 incluye también Uma ilha para três –Una isla para tres– (2015); Depois desse dia feliz –Después de aquel día feliz– (2016); Azul da Prússia –Azul de Prusia– (2017) y WC na Câmara dos Deputados –WC en la Cámara de Diputados– (2019). La actuación de Ribondi como actor y director en Brasilia crea el contexto para que su trabajo entre en contacto con varias generaciones de actores y actrices de la ciudad, haciendo evidente su relevancia en la formación y búsqueda de una identidad para Brasilia y para uno de los muchos teatros posibles en Brasilia.

(Glauber Coradesqui)


(El Dr. se sienta en una caja, sin dejar la tetera).

Dr. –¿Es una especie de broma de esos jubilados que se sientan todo el día bajo el árbol de allí, cerca de ese tipo que vende fruta?

San –No, no. Por el amor de Dios, no creas que estoy tomando el pelo. Te lo digo muy en serio. Realmente lo soñé. Tres veces.

Dr. –¿Ellos te han pedido que vinieras aquí?

San –¿Pero por qué harían algo así?

Dr. –Porque es muy de ellos eso. Hay un hombre barrigón, que lleva ese caniche de juguete con el lacito en las orejas. Una persona así es capaz de todo.

San –¿Qué dices? No, no es así.

Dr. –Además, un día le arranqué al perro los lacitos de las orejas. Y no le gustó. La gente se apega demasiado a estos detalles y puede que se haya molestado. ¿Fue él?

San –No.

Dr. –Puede decir la verdad, no pasa nada. Si lo es, yo también me reiré y cerramos el tema.

San –Vas a pescar en el lago y allí morirás.

Dr. –¿Me estás siguiendo?

San –¿Yo?

Dr. –¿Cómo sabe que pesco junto al lago?

San –Mi sueño...

Dr. –Escúcheme, joven, la historia esta de sueño está muy mal contada. No puedo creer que un tipo de tu edad siga soñando con la vida de otras personas y luego... (Se pone la tetera en el muslo y se quema.) ¡Ayy!

San –Ay, Dios mío. Dios mío. El sueño comenzaba así, te estabas quemando con agua caliente. Todo el sueño tenía que ver con el agua. ¿Te has hecho daño?

Dr. (Buscando una pomada en las cajas.) Vete.

San –Pero...

Dr. –Váyase. Voy a morir. Luego me envías unas flores y ya está.

San –Disculpe, señor.

Dr. (Encuentra la pomada.) Muchas gracias por el mensaje. Ya me considero informado y muerto. Qué pase un buen día. 

San –No quería preocuparte, pero siempre vas a pescar por la mañana a la orilla del lago...

(El Dr. se detiene asustado. Pero reacciona. Pone la pomada sobre la piel quemada.)

Dr. –Genial. Eso es lo que necesitaba yo. Un vecino que me vigila y ve todo lo que hago.

San –Es que no te vigilo ni nada de eso. Puedo explicarlo mejor. He soñado y también he jugado a las cartas. Juego al tarot...

Dr. –¿Tarot?

San –Tarot Gitano. Jugué con toda mi energía hacia ti. Y la primera carta fue fatal. Lo confirmó todo. Y acepto lo que dicen las cartas, sin importar a quién le duela.

Dr. –Muchacho, ¿cómo te llamas?

San –Santiago.

(El Dr. se aleja, muy asustado.)

Dr. –Basta, eso es demasiado.

San –¿Qué?

Dr. –Sólo estás inventando historias. Ta te has cruzado la línea.

San –¿Qué pasa? No lo entiendo.

Dr. –¿Se llama usted Santiago?

San –Sí.

Dr. –¿Es realmente Santiago? ¿S-a-n-t-i-a-go?

San –Sí. Santiago.

Dr. –¡El mío también!

San –Eso no puede ser cierto. Pero, ¿es realmente Santiago, sin más?

Dr. –Santiago, efectivamente.

San –¿No con una Y en lugar de una I? ¿Con TH? Pero esto es muy fuerte. Tenemos que comprobar la numerología. Tal vez por eso soñaba tanto. Es decir, Santiago sueña con Santiago.

Dr. –Ostras, ahora lo entiendo. Tú eres el que va a morir. El Santiago marcado eres tú y se confundieron al enviar el mensaje.

San –¡No! He visto tu rostro. No pesco en el lago, no me despierto al amanecer, no tengo gato.


(Fragmento de A última vida de um gato –La última vida de un gato–)